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Ultraprocesados triunfan afuera de las escuelas

Las sanciones para quienes infringen la normativa al interior de las instituciones van desde llamados de atención hasta el retiro definitivo de las concesiones

San Luis Potosí, SLP.- A poco más de un mes de que entrara en vigor la prohibición federal para la venta de comida chatarra en escuelas de San Luis Potosí, las autoridades educativas enfrentan una dura realidad, - la resistencia de concesionarios escolares y la persistencia de hábitos alimenticios poco saludables tanto dentro como fuera de las aulas.-
 
El secretario de Educación del Gobierno del Estado, Juan Carlos Torres Cedillo, reconoció que el proceso de implementación no ha sido sencillo. A pesar de que la medida busca fomentar una mejor nutrición en estudiantes, las cooperativas escolares han levantado la voz, solicitando desde capacitaciones hasta permisos especiales para vender productos que, si bien no figuran en la lista oficial, aseguran que no son dañinos.
 
“Estamos hablando de un cambio cultural, no solo administrativo. Aún cuando se prohíben ciertos alimentos en las escuelas, los niños siguen llevándolos de casa. Es un tema que involucra también a los padres”, apuntó el funcionario.
 
Las sanciones para quienes infringen la normativa van desde llamados de atención hasta el retiro definitivo de las concesiones. Sin embargo, Torres Cedillo subrayó que el objetivo no es castigar, sino transitar hacia un nuevo modelo de alimentación escolar sostenible y saludable.
 
Uno de los principales argumentos de los concesionarios es la baja rentabilidad de ofrecer opciones saludables. Ante ello, el secretario llamó a ser creativos y encontrar alternativas viables que beneficien tanto a estudiantes como a quienes dependen económicamente de estas ventas.
 
“El cambio cuesta, lo sabemos, pero es un proceso que debe continuar. Nuestra expectativa es que, en el próximo ciclo escolar, ya estemos mejor adaptados y con una oferta de alimentos más accesible y saludable”, afirmó.
 
Fuera de los planteles, el desafío persiste. Las tienditas y vendedores ambulantes instalados en las inmediaciones escolares han incrementado sus ventas de productos ultraprocesados, aprovechando la ausencia de estos en las cooperativas. Aunque esta situación preocupa a la Secretaría de Educación, la dependencia no tiene jurisdicción directa para actuar.
 
“La regulación del comercio externo es responsabilidad municipal. Nosotros solo podemos reforzar la conciencia dentro de las escuelas, pero necesitamos que el entorno también se transforme”, explicó Torres Cedillo.
 
La prohibición de comida chatarra en escuelas potosinas ha puesto sobre la mesa un debate que va más allá de los reglamentos, se trata de cambiar hábitos profundamente arraigados. La autoridad educativa tiene claro que no se trata solo de aplicar sanciones, sino de sembrar una nueva cultura alimentaria que incluya a toda la comunidad escolar.
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