La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseguró que la internacionalista y diplomática mexicana Gabriela Ramos Patiño, quien aspira a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), no fue recomendada por el Gobierno mexicano, aunque se le apoya por ser mexicana.
De acuerdo con la Mandataria, Ramos Patiño tiene posibilidades de llegar a encabezar el organismo, y que se le apoya por su condición de mexicana.
"No es una persona que nosotros hayamos recomendado a la UNESCO, pero es una mexicana", aclaró la Presidenta durante la conferencia mañanera en Palacio Nacional.
"Es una mexicana que tiene muchos años ahí. Y por ser mexicana pues tiene posibilidades de quedar y pues se le está apoyando. Pero vamos a ver pues cómo se va generando. Entonces vamos a ver cómo se da".
Ramos Patiño, quien se desempeñó en cargos públicos en el Gobierno mexicano durante los sexenios de los presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, conforma la terna final de aspirantes a la dirección general junto al egipcio Khaled el Enany y el congoleño Firmin Edouard Matoko.
Reforma publicó que Ramos Patiño podría convertirse en la segunda mexicana y latinoamericana, después de Jaime Torres Bodet (1948-1952), en dirigir la organización de la ONU con sede en París. El proceso de nombramiento concluirá en noviembre 1995 y 1998
"Mi estrategia para el éxito se resume en estas tres 'íes': inclusión, innovación e impacto", dijo la diplomática mexicana, quien puso el foco en la Educación durante una entrevista ante el Consejo Ejecutivo de la organización.
Ramos Patiño, de 61 años, tiene una larga experiencia en instituciones internacionales como la UNESCO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), basada también en París, así como en foros económicos como el G20 y el G7.
Sus rivales por la sucesión de la francesa Audrey Azoulay, al frente de la UNESCO desde 2017, son el exministro egipcio de Turismo y Antigüedades (2016-2022), que aboga por una "UNESCO de los pueblos" y el economista del Congo.
El futuro director o directora general tendrá entre otros retos dialogar con el Estados Unidos de Donald Trump, quien en febrero firmó un decreto para revisar la implicación estadounidense en la UNESCO, a la que su Administración acusa de tener "un sesgo antiestadounidense".