Es una condición en la que el corazón y los riñones dejan de funcionar correctamente porque uno afecta al funcionamiento del otro. Cuando uno de los dos órganos se deteriora, el otro puede verse también afectado. Esto complica el tratamiento y la recuperación del paciente.
¿Por qué ocurre el síndrome cardiorrenal?
Hay varios mecanismos que explican esta relación:
Problemas de circulación: Si el corazón no bombea bien la sangre, los riñones reciben menos oxígeno y nutrientes, lo que puede dañarlos.
Cambios hormonales: Cuando el corazón o los riñones fallan, el cuerpo activa sistemas hormonales que intentan compensar la situación pero, a largo plazo, pueden empeorarla.
Inflamación y estrés oxidativo: El exceso de sustancias inflamatorias en el cuerpo puede contribuir al deterioro de estos órganos.
Factores de riesgo cardiovascular: Algunos problemas como la tensión arterial alta, la diabetes, el colesterol elevado, el tabaquismo o la obesidad pueden afectar al mismo tiempo al corazón y los riñones. Cuando estos factores se mantienen durante mucho tiempo, pueden estropear ambos órganos y hacer que empiecen a fallar juntos.
¿Cómo se clasifica este síndrome?
El síndrome cardiorrenal se divide en cinco tipos según qué órgano se ve afectado primero. También según si el problema es agudo o crónico.
Tipo 1: Cuando el corazón falla de forma repentina (como en una insuficiencia cardíaca aguda) y esto provoca daños en los riñones.
Tipo 2: Cuando el corazón sufre una insuficiencia crónica y, con el tiempo, esto afecta a los riñones.
Tipo 3: Cuando el problema comienza en los riñones (con un fallo renal agudo) y esto desencadena problemas cardíacos.
Tipo 4: Cuando la enfermedad renal crónica deteriora progresivamente la salud del corazón.
Tipo 5: Cuando una enfermedad sistémica, como la diabetes o una infección grave, afecta simultáneamente al corazón y los riñones.
¿Cómo se diagnostica?
Para detectar el síndrome cardiorrenal, se combinan pruebas de sangre y orina que permiten medir la función de los riñones y detectar posibles alteraciones en el funcionamiento del corazón. En estos análisis se determinan biomarcadores, sustancias que pueden indicar si alguno de los dos órganos está empezando a fallar.
Cuando es necesaria una valoración más precisa, se realizan pruebas de imagen como el ecocardiograma, el electrocardiograma o una ecografía abdominal, que ayudan a observar con más detalle cómo están funcionando el corazón y los riñones.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del síndrome cardiorrenal se adapta a la causa y al tipo concreto que presente cada persona. El objetivo es mejorar la función del corazón y los riñones y frenar la progresión de su enfermedad. Cualquier intervención que ayude a uno de los dos órganos puede tener un efecto positivo sobre el otro.
Algunas estrategias incluyen:
Fármacos diuréticos: Ayudan a eliminar el exceso de líquidos del cuerpo, lo que alivia la presión sobre el corazón y los riñones y puede mejorar los síntomas.
Medicamentos para proteger el corazón y los riñones: Como los inhibidores del sistema renina-angiotensina y los iSGLT2. Estos medicamentos pueden frenar el deterioro de los órganos y mejorar su funcionamiento.
Terapia de sustitución renal: En casos en que los riñones dejen de funcionar gravemente, puede ser necesario utilizar técnicas como la diálisis peritoneal para limpiar la sangre y eliminar el exceso de líquidos y toxinas.
¿Cómo se puede prevenir?
La mejor forma de prevenir este síndrome es controlar los factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad y el tabaquismo. Mantener una dieta saludable, realizar ejercicio regular y seguir los tratamientos médicos adecuados también puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar el síndrome cardiorrenal.