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Cocina Tailandesa

Plano Informativo | 06/05/2025 | 09:34

Aprendiendo de culturas gastronómicas 

Hablemos de la cultura culinaria de otros países para enriquecer nuestro conocimiento gastronómico.

Explorar una cultura a través de su comida es, sin duda, una de las mejores maneras de viajar. Cada país condimenta su identidad con sabores únicos, y Tailandia es un claro ejemplo de cómo la gastronomía puede ser una puerta abierta a la historia, la geografía y el alma de un pueblo. En la cocina tailandesa, el equilibrio es rey: dulce, ácido, picante, salado y amargo se entrelazan en armonía para ofrecer una experiencia intensa. 

Una cocina de contrastes y equilibrio

La comida tailandesa no es solo famosa por su sabor, sino por la complejidad detrás de cada platillo. Nada es casual. Detrás de un simple bocado de pad thai o una cucharada de tom yum hay siglos de historia, comercio con China e India, influencias coloniales, y, sobre todo, una profunda conexión con la tierra y el clima tropical del sudeste asiático.

Uno de los elementos clave en la cocina tailandesa es su búsqueda constante de equilibrio. Mientras que en muchas gastronomías occidentales el sabor principal es el que predomina, en Tailandia el objetivo es crear una sinfonía en el paladar: que el picante no opaque lo ácido, que lo dulce complemente lo salado, y que lo amargo tenga su lugar justo. Es esta danza de sabores lo que la convierte en una de las cocinas más admiradas del mundo.

Los ingredientes más característicos son:

•Hierba limón (lemongrass): aromática y refrescante, da ese toque cítrico que es sello de muchos currys y sopas.

•Galanga: raíz similar al jengibre pero con un sabor más mentolado y picante.

•Chile: omnipresente en casi todos los platillos, con diferentes niveles de picor según la preparación.

•Salsa de pescado (nam pla): el “umami” tailandés por excelencia, da profundidad salada a muchos platos.

•Tamarindo y lima kafir: responsables del toque ácido que equilibra sabores.

•Leche de coco: base cremosa de currys y postres.

•Arroz jazmín: aromático y ligero, es el acompañamiento de la mayoría de los platillos.

Platillos emblemáticos

Hay algunos platos que definen su identidad y no pueden faltar en un primer acercamiento:

•Pad Thai: probablemente el platillo tailandés más conocido fuera del país. Es un salteado de fideos de arroz con tofu, huevo, brotes de soya, cacahuate y camarones o pollo, todo envuelto en una salsa ligeramente dulce con tamarindo y salsa de pescado.

•Tom Yum Goong: una sopa picante y ácida a base de camarones, lemongrass, galanga, hojas de lima kafir y chiles. Es un platillo reconfortante y lleno de aroma.

•Green Curry (Kaeng Khiao Wan): preparado con pasta de curry verde, leche de coco, berenjenas tailandesas y pollo o cerdo. Es uno de los currys más picantes pero también más cremosos y perfumados.

•Som Tum: ensalada de papaya verde rallada, machacada en un mortero con chiles, ajo, jugo de lima, salsa de pescado y maní. Representa el lado fresco, crujiente y vibrante de la cocina tailandesa.

•Mango Sticky Rice (Khao Niew Mamuang): postre icónico de arroz glutinoso bañado en leche de coco, servido con rebanadas de mango maduro. Dulce, tropical y adictivo.

En Tailandia, la comida es una experiencia profundamente social. No es común pedir un platillo individual para cada persona; más bien, se colocan varios al centro de la mesa y todos comparten. 

Además, la cocina cambia según la región: al norte, los platos tienden a ser más suaves y perfumados, con el arroz glutinoso como protagonista; en el noreste (Isaan), el picante se intensifica y se usan fermentados; en el sur, los sabores son más intensos, marcados por el uso del curry y mariscos.

Al estudiar otras cocinas como la tailandesa, ampliamos no solo nuestro paladar, sino también nuestra empatía cultural. Comprendemos mejor a quienes viven en otro rincón del mundo, a través de lo que eligen sembrar, cocinar y compartir.

Y es que, como decía el chef Anthony Bourdain: “La comida puede ser nuestro pasaporte a la comprensión, una herramienta para conocer a otros, sin importar lo lejos que estén.” 

En el caso de Tailandia, ese pasaporte viene impregnado de chile, coco, lima y mucha hospitalidad.