Los gobiernos no tienen ningún sentido de exigencia en la vida gregaria de las sociedades, sin una sociedad a la cual gobernar pero, la sociedad no podría ser viable sin un gobierno que aplique las normas que nos regulan. Un binomio que no se ha comprendido bien a bien.
Son muchas las herencias que cargamos en un gran País que, ha sido lastimado y vulnerado por todos los que vivimos en Mexico pero, la verdadera herencia que nos maldice, se podría reducir en dos vertientes:
Número uno: la falta de educación de nuestro pueblo y la apatía en empeñarse en estudiar de las personas, la edad que se tenga, pero además, para reclamar su calidad y, modernidad, entregada a la ciudadanía. Pareciera ser que, quienes gobiernan siguen necesitando personas que no se preparan para la vida. ¿La culpa? Siempre se busca en quienes generan fuentes de empleo, trabajo y, riqueza.
Número dos: las personas en lo solitario no pueden, a menos que sea en muchísimos años, construir ni siquiera su vivienda, menos su colonia o, una ciudad y, por lo que se demuestra, ninguna persona podría construir un país en la soledad. Así, el ser humano no tiene un significado propio, no es nada sino en función de sus relaciones cognitivas con los demás.
Hemos construido entre todos los lugares en donde convivimos y realizamos nuestras actividades de intercambio social, económico, cultural y también religioso.
Así, se va construyendo lo que una generación deja, y lo hereda a otra, bien o, mal es la historia de nuestra localidad: lo que se ha construido material y culturalmente en donde se desarrolla la vida en común, de nuestra República.
No mentir no robar no traicionar es la traída que hizo popular la administración federal pasada, lo cual no queda claro en las palabras de algunos servidores publicos cuando se dicen verdades mezcladas con mentiras, cuando las cuentas públicas no salen y por ello se voltea la cara a la población.
No queda ninguna duda que la democracia y el modelo económico tiene que cambiar y haber más justicia social. Los dos sistemas están agotados y obsoletos más allá de lo que nos imaginamos y nos retrasa como sociedad que quisiera avanzar pero que al mismo tiempo se convierte en su detractora y auto depredadora, quitándonos competitividad frente a otros países y con ello las oportunidades de ser mejores.