San Luis Potosí, SLP.- En el municipio de Soledad, el sonido del claxon de una pipa ya no anuncia una emergencia, sino una rutina. La distribución de agua a través de camiones cisterna se ha convertido en el principal medio de abastecimiento para miles de familias, frente a una red hidráulica que ha dejado de ser confiable.
En lugar de soluciones estructurales, las autoridades locales se ven obligadas a reforzar una flotilla de pipas que apenas logra cubrir la demanda en colonias como Santo Tomás, Santa Lucía y San Lorenzo, donde los vecinos han normalizado el vivir con horarios inciertos y garrafones en fila. La falta de respuesta efectiva del organismo operador de agua Interapas ha generado una dependencia sistemática de este sistema emergente, que ya no es temporal, sino permanente.
El alcalde de Soledad, Juan Manuel Navarro Muñiz, reconoció la resignación ciudadana ante un servicio ineficaz: “Ya estamos acostumbrados a la falta de agua”, admitió, y anunció la incorporación de más pipas para enfrentar la crisis que se agrava con la inoperancia del organismo intermunicipal. Incluso mencionó que la Comisión Estatal del Agua ha tenido que intervenir para cubrir la demanda en otras colonias como Terremoto y áreas limítrofes con la capital potosina.
La reciente falla en un pozo clave, sin fecha clara de reparación por parte de Interapas, es el reflejo de una gestión que avanza con lentitud y sin certeza. El argumento de que “no hay refacciones” ha despertado la indignación de los soledenses, quienes ven en cada demora un recordatorio de la precariedad con la que viven.
"Lo que alguna vez fue una contingencia hoy es rutina. En Soledad, la pipa ya no es un recurso alternativo, es la única certeza. ¿Hasta cuándo? La respuesta sigue sin llegar por la red": concluyó el alcalde soledense.
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