San Luis Potosí, SLP.- Las constantes fallas del acueducto El Realito no solo han provocado molestias entre los potosinos por la falta de agua, sino también un serio daño económico al Ayuntamiento de la capital. De acuerdo con el alcalde Enrique Galindo, cada vez que el sistema deja de operar, el municipio enfrenta pérdidas mensuales de entre 4 y 5 millones de pesos.
“De enero a mayo ya acumulamos 40 días sin agua de El Realito. Eso implica un fuerte impacto económico, porque aunque no funcione, mes con mes se sigue pagando por el servicio. Además, tenemos que llevar agua en pipas a más de 50 colonias afectadas, lo que genera un gasto millonario adicional”, explicó el edil capitalino.
El alcalde también reconoció y agradeció la paciencia de la ciudadanía ante las frecuentes fallas del sistema. “Llevar agua en pipas no debería ser la norma, pero cuando no hay El Realito, no tenemos otra alternativa. Afortunadamente, la gente ya se ha sensibilizado y conoce los horarios en los que pasan las pipas”, señaló.
A los problemas de suministro se sumó recientemente una crisis de calidad en el agua, el líquido que llegó a la ciudad estaba tan contaminado que Interapas emitió recomendaciones para no consumirla. “Nunca nos había sucedido que el agua del Realito llegara tan sucia, incluso negra o color café. No era apta para el consumo humano, y eso obligó a advertir a la población. Afortunadamente, ya se ha regularizado en los últimos dos días”, detalló el alcalde Enrique Galindo.
Ante este panorama, el Ayuntamiento alista una intensa campaña para fomentar el ahorro y la reutilización del agua. Galindo advirtió que este será un año cálido, y aunque se esperan lluvias que podrían mitigar la situación, es necesario actuar desde ahora.
“La gente que se bañe debe recolectar el agua y usarla para trapear, regar o lavar el coche. Cada litro se puede aprovechar dos o tres veces. Hay que anticiparnos a la crisis del agua”, exhortó.
La administración capitalina también contempla reforzar las fuentes de abasto local, como la presa San José y los pozos de la zona metropolitana, ante la incertidumbre sobre el funcionamiento futuro de El Realito.