Las autoridades mexicanas impulsaron un club de lectura en Mexicali, Baja California, para niños que son deportados sin sus padres desde Estados Unidos, dijo Paco Ignacio Taibo II, Director del Fondo de Cultura Económica (FCE).
Durante la mañanera de la Presidenta Claudia Sheinbaum, el funcionario habló sobre un centro que recibe a los hijos de migrantes en la ciudad fronteriza, donde se estableció el club de "Patitos en libertad".
El escritor se refirió a este caso al exponer las dificultades para despertar el interés de los niños en la lectura. Enseguida, contó que el grupo de lectores en Mexicali se ha mantenido y aunque algunos menores se van porque se reúnen con sus padres, otros han llegado.
Según el director del FCE, de las primeras veces que se habló del libro como un instrumento de libertad en el centro en Mexicali, 13 hijos de migrantes se fugaron, pero al siguiente día volvieron 12. Del treceavo menor, no especificó si fue localizado después.
"Las anécdotas son extrañas, damos conferencias en Mexicali en una sala donde reciben a niños que han sido deportados sin sus padres y mientras se localiza a sus padres hay una escuela y un centro habitacional para ellos, hablamos sobre la libertad, el libro como una manera de libertad y al día siguiente se fugaron 13, con lo cual éramos responsables indirectos de la fuga.
"Afortunadamente, en un día, regresaron 12 de los 13 y en un año habían formado un club que se llamaba 'Patitos en libertad', un club de lectura con gran éxito que ha proliferado y ha ido creando relación de sustitución, salen niños, desaparecen, se unen a sus padres, encuentran a sus padres y llegan nuevos niños", dijo.
Afirmó que en seis años, el FCE logró aumentar exponencialmente los clubes de lectura en el País, pues se pasaron de 3 mil a 21 mil 118 salas de lectura ciudadanas registradas.
"Una sala de lectura o un club de lectura o una biblioteca comunal son centros donde ciudadanos autoorganizados, voluntarios se constituyen, se organizan, leen en conjunto, leen en colectivo, se distribuyen libros y nuestra función es mantenerlas, no solo con relaciones, contactos, conversaciones, discusiones, mesas redondas, conferencias, sino también abastecerlas de libros gratuitos.
"Esto significa que estas promotoras y promotores, y cuando empezó el proyecto me preguntaron ¿cuál sería la definición ideal de un activista de sala de lectura? Era una maestra de izquierda y jubilada que reunía las condiciones de habilidad pedagógica, voluntad de servicio al pueblo y tiempo libre.
"Y cuando fuimos a Oaxaca, cientos de maestras jubiladas y de izquierda se presentaron como voluntarias y ahí creció la primera gran red de clubes de lectura", narró.
Señaló que es complicado interesar a los adolescentes en la lectura y se han "quebrado la cabeza de mil maneras".
"Ha habido un avance notable, entre niños, entre niñas y en adultos mayores, pero para llegar a los adolescentes nos hemos roto la cabeza de mil maneras, hay un fenómeno de pérdida de lectura en el mundo adolescente, a ciertas formas de diversión más sencillas, más gratificantes en lo inmediato, menos profundas, más superficiales.
"Y esto nos ha obligado a la provocación, la provocación constante para volver a recuperar para la lectura al mundo adolescente, juvenil", agregó.