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La Voz de... La ciudad como un laboratorio

Plano Informativo | 30/04/2025 | 04:22

Son el futuro de la humanidad

Para Javier Ernesto Flores Navarro, director del Instituto Municipal de Planeación (Implan), “Las ciudades son el futuro de la humanidad, ya que el 90% de la población vivirá en centros urbanos y crecerán a un ritmo acelerado”.

Consideró que por ello este “Es el momento de revertir el daño que se les ha infringido o de resignarnos a vivir en ciudades extensas, contaminadas, violentas e inseguras”.

Explicó que existen nuevos planteamientos que los urbanistas esperan que ayuden a generar conciencia de que existe otra opción de modelo urbano “Y podamos aplicar la máxima de que cada pueblo tiene la ciudad que se merece”.

Detalló que “El crecimiento, no sólo demográfico, también económico, ha afectado a las ciudades de manera importante. Las grandes corporaciones, como los supermercados, han acabado con el comercio tradicional, que era parte importante de las estructuras de los barrios”.

Además consideró que “La globalización cultural ha logrado imponer una visión unilateral de gustos y costumbres, donde se promueve más el diseño de guetos, que al ser de manera cerrada, fomentan el uso del automóvil y prohíben la conectividad para la movilidad no motorizada”.

 

Los nuevos modelos son muy avanzados

Ernesto Flores Navarro explicó que “Ciudades como Mazda, ubicada en los Emiratos Árabes; o Songdo, en Corea del Sur, serán las ciudades ecológicas sustentables y autosuficientes que modificarán en su esquema la concepción de ciudad que tenemos hasta nuestros días”.

Consideró que “Sólo el proceso de vivirlas por sus habitantes será la certificación del éxito o fracaso de estas urbes ultramodernas, ya que el fin último de todo proceso de diseño urbano es el proporcionar los elementos para hacer de las ciudades un lugar donde sus habitantes tengan la calidad de vida que merecen, sin importar situación económica, cultural y edad”.

Pero además, estas ciudades “Deben ser accesibles para los grupos que requieren un trato especial; por lo que independientemente del alto costo que implica la edificación de este tipo de ciudades, sólo el proceso de vivirlas y habitarlas en el día a día nos dará la respuesta”.

 

Real de 14, un claro ejemplo

El urbanista puso como ejemplo “Ciudades como Real de 14, que fueron exitosas en su momento, quedaron abandonadas al cumplir un ciclo económico generado por la minería, por lo que nada garantiza el éxito de las ciudades si no se observan todas las variables socioeconómicas y ambientales de cada urbe”.

Advirtió que es necesario encontrar “Cómo podemos reducir los costos de esta experimentación social para evitar arrastrar en el proceso a familias o comunidades”.

Dijo que “En todo experimento siempre se encuentran por lo general dos tipos de variables, unas controlables y otras no, pero se puede reducir o minimizar la injerencia de los factores cuya intervención escapen de nuestro control”.

Detalló que “En el urbanismo existen variables que podemos controlar, como son la densidad poblacional, la conectividad, los usos de suelo, entre otras; y variables fuera de nuestro alcance, como son los procesos climáticos o la interacción económica, pero podemos disminuir sus efectos negativos cuando en el diseño involucremos a profesionales con conocimiento más amplio en áreas como la psicología, sociología o economía”.

 

Indispensable, involucrar a la población

Ernesto Flores consideró que “Es muy importante involucrar de forma ordenada a los habitantes de estas regiones mediante las técnicas de diseño participativo, donde se detectan los principales problemas y carencias de cada ciudad”.

El director del Implan dijo que “La ventaja de esta nueva visión urbana es que utiliza herramientas más completas que las que se utilizaron en la planeación tradicional, y esto nos ayuda a tener un mejor control sobre variables que se pueden influir”.

Y agregó que “A fin de cuentas, la ciudad es un organismo viviente que nace, crece, se reproduce y muere, pero en este trayecto, al igual que la mayoría de los organismos, pasa por un proceso que puede ser benéfico o dañino”.

Es decir, que “Puede prolongarse su existencia o enfermarla y permitir que sobreviva con atrofias de enorme magnitud”.