El Instituto de Fiscalización Superior del Estado de San Luis Potosí —antes llamado Auditoría Superior, pero igual de ciego— asegura que ahora sí está escarbando expedientes empolvados por años. ¿De verdad?
La impunidad en México no solo es rutina, es política de Estado. Cuando los corruptos no pagan por sus actos, el mensaje es claro: aquí el que no roba es porque no quiere. Así funciona desde hace décadas, especialmente en San Luis Potosí, donde los servidores públicos pueden saquear el erario y salir sonrientes a dar entrevistas. Sin consecuencias, sin vergüenza.
Ejemplo: la ex secretaria de Salud, Mónica Rangel. Los desfalcos millonarios durante su gestión siguen sin aclararse y acumula cientos de observaciones sin solventar, pero ella camina tranquila. Y no olvidemos a la infame LXI Legislatura: un circo de ladrones con credenciales de diputados que usó documentos apócrifos, falsificó firmas hasta de gente fallecida y empresas fantasma para robar fondos destinados a la gente de escasos recursos. ¿Los nombres? Sergio Desfassiux, José Luis Romero, Graciela Gaitán, Óscar Bautista, Josefina Salazar, Mariano Niño... Todos libres, frescos como lechuga y blindados por el sistema.
El nuevo auditor, Rodrigo Lecourtois, dice que va en serio. Veremos si le alcanza la decencia o si solo está afinando la próxima cortina de humo. Aquí no basta con declaraciones; necesitamos acciones claras y concretas, claro— y sentencias ejemplares. Si no, todo esto es puro teatro.
EL “PAPA NEGRO” Y OTRAS PROFECÍAS BARATAS
Con la muerte del Papa Francisco se desató el circo de siempre: teorías, especulaciones y la infaltable mención de Nostradamus. Sí, ese personaje del siglo XVI que escribió versos tan crípticos que sirven para todo: desde predecir terremotos hasta justificar la cancelación de conciertos.
Según los intérpretes del astrólogo francés, el fin del mundo llegará tras tres papas: uno extranjero (Juan Pablo II), uno viejo (Francisco) y uno negro (¿el próximo?). El problema con estas profecías es que son como horóscopos mal escritos: sirven para todo y no dicen nada.
Algunos aseguran que Francisco ya era el "Papa negro", por ser jesuita —el “papa negro” es el apodo del líder de esa orden—, así que, si la profecía ya se cumplió, ¿por qué seguimos aquí? Otros argumentan que Juan Pablo II no fue realmente el primer extranjero, y que decirle “viejo” a Francisco ignora que Benedicto tenía la misma edad cuando asumió el papado. Y bueno, lo de un Papa negro como señal del apocalipsis... más que profecía, suena a racismo colonialista.
La verdad es que, de los 266 papas en la historia, el 95% han sido europeos, 78% italianos. Solo 12 no lo fueron. Así que, si algún día eligen a un Papa africano, no será el fin del mundo, será un milagro de diversidad.
¿Conclusión?
Mientras unos juegan con el futuro del Vaticano, otros saquean impunemente el presente de San Luis Potosí.