Miércoles 23 de Abril de 2025 | Aguascalientes.
salud

Inmadurez de sistema sensorial: Riesgo de lesiones en atletas menores de 18 años

MedicinaySaludPublica | 22/04/2025 | 13:11

Frente al aumento de lesiones en atletas menores de 18 años, cada vez toma mayor relevancia la discusión sobre estrategias de prevención efectivas. Uno de los factores más relevantes es la especialización temprana en un solo deporte, particularmente antes de los 13 o 15 años. 
 
La evidencia científica ha demostrado que esta práctica no solo incrementa el riesgo de lesiones, sino que también limita el desarrollo atlético a largo plazo.Durante la infancia y la adolescencia, el cuerpo humano atraviesa un proceso constante de crecimiento y maduración, lo que representa un reto particular para el entrenamiento deportivo. 
 
En estas etapas, el equilibrio, la coordinación y la precisión no dependen exclusivamente de la fuerza o la técnica, sino también del adecuado funcionamiento del sistema sensorial, compuesto por la visión, la audición, el tacto, el olfato, el gusto, el sentido del equilibrio y la propiocepción.
 
Los cambios físicos y neurológicos propios de la adolescencia explican ciertas dificultades motoras comunes en esta etapa, frecuentemente interpretadas como "torpeza". No obstante, estas manifestaciones responden, en gran medida, a una reorganización del sistema nervioso, que impacta la integración sensorial y, por ende, el desempeño físico.
 
A pesar de su relevancia, el sistema sensorial suele estar ausente en los programas de entrenamiento tradicionales. Diversos estudios sobre trastornos del procesamiento sensorial advierten sobre un mayor riesgo de caídas, accidentes y lesiones en quienes presentan dificultades de equilibrio y coordinación motora. 
 
Aunque estos hallazgos suelen centrarse en poblaciones con diversidad funcional, también pueden aplicarse a niños y adolescentes deportistas sin diagnósticos clínicos, pero con inmadurez sensorial.
 
El desarrollo sensorial es un proceso que se consolida principalmente durante los primeros años de vida, por ello, las doctoras Mariene E. Ostolaza Santiago, profesora del Departamento de Terapia Física, y Carmen E. Capó Lugo, directora del mismo departamento en la Universidad Ana G. Méndez, explican que el cerebro humano no culmina su maduración hasta los 20 años. Al igual que los músculos, los sentidos también requieren estimulación constante para fortalecerse. Ignorar esta dimensión durante la infancia y adolescencia puede limitar el rendimiento físico y aumentar la vulnerabilidad a lesiones deportivas.
 
Entrenamiento sensorial
 
La integración de ejercicios que estimulen la coordinación visual, táctil y propioceptiva en los programas de acondicionamiento físico puede mejorar el rendimiento y reducir el riesgo de lesiones. Para ello, se recomienda la evaluación previa por parte de un profesional de la salud, quien podrá identificar posibles deficiencias sensoriales y diseñar un plan de trabajo personalizado.
 
El papel del terapista físico en el acompañamiento deportivo
 
La prevención de lesiones en atletas jóvenes requiere un abordaje multidisciplinario. Dentro de este equipo, el terapista físico cumple un rol fundamental, tanto en la etapa de prevención como en los procesos de rehabilitación. Su formación les permite diseñar programas de acondicionamiento físico adaptados a las necesidades individuales del deportista, con especial atención a la madurez motora y sensorial.
 
Diferencias entre un doctor en Terapia Física y otros profesionales
 
Los doctores en terapia física cuentan con una formación especializada en movimiento humano. Evalúan, tratan y previenen lesiones a partir de conocimientos avanzados en anatomía, fisiología, biomecánica y rehabilitación motora. Esta preparación los distingue dentro del ámbito deportivo, particularmente cuando se trabaja con población pediátrica.
 
Prevención con enfoque sensorial
 
Si bien el uso excesivo y la sobrecarga son causas reconocidas de lesiones deportivas, el funcionamiento sensorial debe considerarse como un factor determinante en su prevención. 
 
La incorporación de este enfoque en los programas de entrenamiento favorece el desarrollo integral del atleta joven, promueve la seguridad en la práctica deportiva y potencia su desempeño a largo plazo.
 
Antes de elegir profesionales para acompañar el proceso deportivo de un menor, es fundamental verificar sus credenciales y experiencia. Contar con personal capacitado garantiza una atención segura, adecuada y orientada al bienestar integral del atleta en formación.