Bajo la dirección del maestro Juan Antonio Camarillo, la agrupación desplegó un mosaico de danzas que recorrieron la geografía cultural de México, rindiendo homenaje a las raíces, costumbres y ritmos que definen a cada región. El público vibró con cada zapateado, cada faldeo, cada nota que evocaba el alma de los pueblos.
La ovación se hizo presente desde el primer número, pero fue con el cierre al ritmo de "Yo soy de San Luis Potosí" cuando la emoción se desbordó en el recinto. Las palmas del público marcaron el compás de la identidad potosina, mientras los bailarines se fundieron en una porra llena de emoción una vez que cayó el telón.
No solo han dejado huella en tierras potosinas y mexicanas, el nombre de Xochiquetzal ha resonado en los más altos escenarios del mundo como el Palacio de Bellas Artes, el Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, Hong Kong, Argelia y Moscú, por mencionar algunos. En San Luis Potosí, se han apoderado del Teatro de la Paz y estelarizado el Encuentro de Danza Azteca.
El Ballet Folklórico Xochiquetzal no solo celebra 51 años de vida: celebra 51 años de identidad, disciplina y pasión que han colocado a San Luis Potosí y a México en los ojos del mundo.