Ucrania celebró este domingo su cuarta Pascua bajo la invasión rusa con pocas esperanzas de paz, ya que los combates continuaron pese a la promesa de una "tregua pascual" de 30 horas del presidente de Rusia, Vladímir Putin.
"Os deseo una gran Pascua. Y cielos en paz", dijo un anciano a dos jóvenes ucranianos en una calle de la ciudad occidental de Leópolis este domingo, mientras las familias acudían a las iglesias o paseaban tras el tradicional desayuno de Pascua.
La paz es lo que quieren los ucranianos, pero pocos creyeron que la tregua de Putin significara un verdadero cambio en los planes de Rusia, tras semanas de ataques a civiles y una implacable presión en el frente.
Pocas esperanzas de paz
"Muy generoso por su parte [ofrecer el alto el fuego] después de asesinar a ucranianos el Domingo de Ramos, el Viernes Santo y cada dos días", publicó irónica en su cuenta de la red social X Katerina Boguslavska, una 'influencer' afincada en la ciudad oriental de Járkov que cuenta con 55.000 seguidores.
Stanislav Aseyev, escritor ucraniano y veterano herido cerca de Pokrovsk (este), afirmó que la propuesta de Putin es "un sinsentido" sin un mecanismo claro de aplicación en la vasta línea del frente.
La intensidad de los combates bajó en algunas zonas tras el anuncio de Putin el sábado, y tampoco se lanzaron drones ni misiles 'Shahed' durante la noche, según Kiev.
Sin embargo, el uso de artillería y drones kamikazes por parte de Rusia, así como los enfrentamientos a lo largo de la línea del frente, aumentaron constantemente durante este domingo.
Los vídeos militares mostraron a los rusos despejando las rutas de asalto mientras los soldados ucranianos honraban la promesa del jefe de Estado de Ucrania, Volodímir Zelenski, de disparar sólo en autodefensa.
"Los rusos están acumulando reservas, moviendo fuerzas y equipos libremente y preparándose para otra ofensiva", escribió el analista militar Oleksandr Kovalenko para el Grupo de Resistencia Informativa.
Jugando con Trump
Kovalenko y otros ven la "tregua pascual" de Putin como una estratagema para apaciguar a Washington, cuya administración dijo que podría retirarse de intentar resolver la guerra a menos que ambas partes mostraran su voluntad de paz, algo que pareció una reacción a semanas de intensos ataques rusos contra civiles.
"Putin quiere convencer a la Casa Blanca de que está interesado en la paz mientras alarga el proceso y continúa la guerra", según Kovalenko.
La mayoría de los ucranianos dudan de que los esfuerzos de Trump traigan una paz justa y duradera.
"Ninguna de las partes está cerca de la victoria estratégica, pero la posición de Rusia ha mejorado bajo la nueva Casa Blanca", publicó en X un destacado analista militar ucraniano conocido como "Tatarigami".
Las recientes palabras de Steve Witkoff, negociador del presidente Donald Trump en Moscú, de que Ucrania podría preocuparse menos por sus "regiones rusoparlantes", indignaron a muchos en Ucrania.
Creen que Trump y su equipo ignoran los intereses fundamentales de Ucrania en materia de territorio y seguridad en lo que muchos ven como un intento de Trump de restablecer los lazos y profundizar la cooperación con Putin a costa de la nación invadida.
Centrarse en el presente
"Ya no espero la paz; estoy cansada de esperar que todo se arregle pronto", dijo a EFE Polina Gorbenko, una empleada de logística de Chernivtsi (oeste).
Gorbenko, cuya pareja lleva luchando más de tres años, afirma que todo el mundo debería contribuir a acercar la victoria apoyando al ejército, pero también se centra en el presente, pues ha encontrado alivio horneando 'paska', el pan tradicional de Pascua, para sus seres queridos.
"La guerra ha puesto de relieve la importancia de preservar nuestras tradiciones: conforman nuestros valores y nos recuerdan quiénes somos y por qué luchamos", afirmó.
El intercambio de prisioneros del sábado, en el que 277 soldados ucranianos regresaron a casa, le levantó el ánimo.
Pero, miles de ellos, incluidos civiles de los territorios ocupados, siguen cautivos en Rusia, dejando a sus familias en el limbo.
Luz en medio de la oscuridad
Miles de personas acudieron a los cementerios militares de todo el país para depositar 'paskas' y 'pisanki' -pan de Pascua y huevos decorados- en las tumbas de sus seres queridos, en señal de recuerdo.
"Cada uno tiene sus propias pérdidas y heridas incurables", compartió en las redes sociales Anna Lodigina, periodista natural de la ocupada Nova Kajovka, en Jersón.
Ella admitió que tener la esperanza es más difícil cuanto más dura es la guerra, pero la dedicación de soldados, voluntarios y médicos demuestra que "la luz aún existe".
"Se abre paso entre las grietas de este horror y está destinada a vencer", escribió. EFE