San Luis potosí, SLP.- La música como reflejo cultural y generadora de identidad está bajo la lupa del alcalde Enrique Galindo Ceballos, quien ha manifestado su inquietud sobre el impacto de ciertos géneros que, a su juicio, promueven la violencia, el consumo de drogas y el uso de armas como símbolos aspiracionales.
En entrevista, el edil potosino dejó clara su postura, no está en contra de los corridos tradicionales, reconocidos por su valor histórico y cultural, sino de aquellas expresiones musicales que exaltan la violencia como un estilo de vida. “Estoy en contra del mensaje, no del género. Cualquier música que normalice la violencia o glorifique conductas nocivas debe ser revisada”, sostuvo.
Aunque el municipio no cuenta aún con un marco legal para regular este tipo de contenido, Galindo Ceballos no descartó la posibilidad de abrir un debate al respecto. Su propuesta no se enfoca en la censura, sino en la reflexión colectiva sobre los efectos que ciertos mensajes tienen en los más jóvenes, quienes muchas veces consumen estos contenidos sin filtros ni contexto.
El alcalde fue enfático al señalar que su preocupación va más allá de los conocidos "narcocorridos". “Hay muchas otras expresiones musicales que también replican estos discursos, y lo preocupante es que están llegando a oídos de niños y adolescentes, influenciando la manera en que interpretan la realidad”, comentó.
El llamado del alcalde se da en un contexto nacional donde el papel de la música en la construcción de valores sociales ha generado posturas divididas. Algunos congresos estatales han comenzado a debatir propuestas para limitar las presentaciones de este tipo de música en espacios públicos, generando tanto apoyo como polémica.
Galindo Ceballos no cerró la puerta a una regulación municipal futura, pero aseguró que antes de tomar cualquier decisión, se debe observar cómo evoluciona el debate a nivel estatal y nacional. “Este es un tema que se debe analizar con seriedad. No se trata de limitar el arte, sino de reflexionar sobre los mensajes que estamos normalizando”, concluyó.
Mientras tanto, el alcalde plantea abrir espacios de diálogo que involucren a especialistas, artistas, padres de familia y educadores, con el objetivo de encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad social de los contenidos que se difunden.
Un debate que apenas comienza, pero que podría marcar un parteaguas en la forma en que entendemos el poder de la música en la formación de nuevas generaciones.