San Luis Potosí, SLP.- En el marco de los días santos, marcados por el recogimiento espiritual y la reflexión, la Iglesia Católica ha hecho un enérgico llamado a la ciudadanía para no dejar de lado la fe durante este periodo que, para muchos, significa descanso y vacaciones. A través de un mensaje profundo y lleno de sensibilidad, el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, exhortó a las familias a no olvidar que estos días santos son, ante todo, un tiempo para acercarse a Dios.
“Que no nos olvidemos de Dios. Cuando nos olvidamos de Dios, lo vemos reflejado en tantas situaciones en todo el mundo”, expresó con firmeza el Arzobispo, al señalar que en ese abandono espiritual también se abre paso el mal: “Entra el maligno, que es la cuestión de la violencia, de olvidarse de los demás”.
El mensaje cobra especial relevancia en un momento donde, a pesar de las vacaciones, la Iglesia recuerda el profundo sentido del Viernes Santo, fecha que conmemora la pasión y muerte de Jesucristo. Mons. Cavazos destacó que, más allá de las expresiones culturales que se han heredado con los siglos, el sentido espiritual no debe perderse. “Agradezco a los frailes carmelitas que trajeron esta devoción desde España. Tiene una experiencia profunda, porque es algo que hizo el apóstol San Juan de la Cruz”, puntualizó.
En este contexto, la tradicional Procesión del Silencio, una de las expresiones religiosas más sentidas de la Semana Santa, vuelve a tomar su lugar como símbolo de fe, respeto y contemplación. Para la Iglesia, esta procesión es mucho más que una manifestación popular, es un acto de acompañamiento, una caminata con María Santísima en su dolor, en su tristeza, en su silencio.
“El centro de la procesión es precisamente María. Jesús le dice a María Santísima: ‘Ahí tienes a tu hijo’, y luego a él: ‘Ahí tienes a tu madre’. Desde ese momento, ella acompaña a la Iglesia”, explicó el Arzobispo, señalando que la tradición tiene un fuerte vínculo con el testimonio de San Juan, el apóstol que se mantuvo firme junto a la cruz.
Cavazos Arizpe añadió que vive en oración constante por todas las cofradías que participan en esta expresión de fe: “Estoy en alegría de poder reunirme con ellas. Esto es una experiencia agradable, de comunión”. Al mismo tiempo, hizo un llamado a reflexionar sobre el dolor que aqueja al mundo: las guerras, las mentiras, la indiferencia, y sobre todo, la pérdida de compasión hacia los más vulnerables.
“El dolor que hoy debemos tener es ante las situaciones de alejarnos de Dios, ante el amor que es maltratado, pero también ante el dolor de ver las guerras y otros males. Hoy ese dolor debe llevarnos, junto con María Santísima, a reflexionar cómo debemos evitar ser indolentes en una sociedad que olvida compadecerse y ayudar eficazmente a los más necesitados”, subrayó.
Finalmente, el Arzobispo invitó a todas las familias a realizar actividades que los acerquen a Dios, que les permitan vivir estos días no solo como descanso físico, sino como un espacio de renovación espiritual. “Es tiempo de volver al silencio, pero no al silencio vacío, sino al que habla del amor profundo de Cristo en la cruz”, concluyó.