La posible imposición de un arancel del 21 por ciento al jitomate mexicano, promovida por el Gobierno de Donald Trump, amenaza con dejar fuera del mercado estadounidense a pequeños y medianos productores nacionales, especialmente de estados como Jalisco.
Conrado Lomelí, secretario general de la Unión de Comerciantes del Mercado de Abastos (UCMA), y productor de jitomates, explicó que este tipo de productores no cuenta con contratos ni recursos financieros para enfrentar un aumento de ese tipo, lo que los pone en desventaja frente a los grandes exportadores.
La medida, dijo, responde a una política de protección a la agricultura de Estados Unidos, sobre todo a los productores de Florida, quienes desde los años noventa han presionado por frenar lo que consideran competencia desleal y acusan a los mexicanos de practicar "dumping", es decir, vender por debajo del costo.
Esto ha dado lugar a acuerdos de suspensión entre ambos países, con los que se pactan precios mínimos para el jitomate mexicano. Sin embargo, el nuevo arancel alteraría esa fórmula y encarecería el producto, afectando su competitividad en el mercado estadounidense.
"El productor de Florida no ha podido invertir de tal manera (en tecnología y modernización de siembra) el cual básicamente cuando es su temporada de cosecha a la par de (por ejemplo) Sinaloa, el productor sinaloense tiene producciones mucho más altas que el de Florida y reclamaban que el tomate mexicano estaba inundando el mercado americano", señaló.
"Sí, es una etapa muy incierta para el productor pequeño y mediano. No solo de Jalisco, de todo el País".
Por el contrario, los grandes exportadores podrían resistir gracias a esquemas de agricultura por contrato.
Además del impacto en los productores, también se anticipan efectos para el consumidor estadounidense.