El primer ministro británico, Keir Starmer, dijo este viernes que el futuro de la siderúrgica British Steel "pende de un hilo" y consideró que el conjunto de la economía y la seguridad del país están "en peligro" ante el riesgo de que desaparezca esa industria del Reino Unido.
En un breve mensaje a la nación, Starmer afirmó que el Parlamento aprobará mañana en una sesión extraordinaria una "legislación de emergencia para dar al ministro de Empresas (Jonathan Reynolds) los poderes para hacer lo necesario para frenar" el cierre de la planta de Scunthorpe, en el norte de Inglaterra.
Sin embargo, Starmer no detalló si su Gobierno nacionalizará la compañía y se limitó a indicar que "todas las opciones están sobre la mesa".
"Esta tarde, el futuro de British Steel pende de un hilo (...). Nuestra economía y seguridad nacionales corren peligro. He estado en Scunthorpe, me he reunido con los trabajadores siderúrgicos. Sé lo importante que es el acero, no solo para la región, sino para todo el país. Es parte de la historia de la nación, del orgullo y su legado. Y sigue siendo igual de esencial para su futuro", dijo.
Según el líder laborista, el denominado 'Plan para el Cambio' de su Ejecutivo "necesita más acero, no menos", por lo que se ve obligado a actuar con urgencia.
Starmer reconoció que las negociaciones con la compañía china Jingye, dueña de British Steel, llevan mucho tiempo manteniéndose, pero que este momento "que podía haber sucedido en cualquier momento, ha ocurrido ahora".
Por ello, añadió, el Parlamento saldrá del receso de Semana Santa en una sesión de emergencia mañana para darle a Reynolds plenos poderes para impedir el cierre de los dos hornos de Scunthorpe.
"Actuaremos para asegurar el futuro del Reino Unido con British Steel: hecho en el Reino Unido, en el interés nacional", dijo.
Jingye adquirió la compañía de acero británica en marzo de 2020 y, hace dos semanas anunció que iniciará un proceso de consulta formal con sus empleados y sindicatos para proponer el cierre de los altos hornos y las operaciones de fabricación de acero de Scunthorpe este verano, lo que dejaría sin trabajo a entre 2.000 y 2.500 personas.
Según la BBC, no se prevé la nacionalización total de British Steel mañana, sino la toma de control por parte del Gobierno, aunque como dijo Starmer, "todas las opciones están abiertas".
La industria del acero, además, atraviesa un momento difícil en medio de la guerra comercial instigada por Estados Unidos, pues el líder de la Casa Blanca, Donald Trump, anunció aranceles globales del 25 % a las importaciones del sector siderúrgico y del aluminio el mes de marzo.
Se trata de la primera sesión extraordinaria (o 'revocatoria') en un sábado que se produce en el Parlamento británico desde 1982, con el estallido de la guerra de las Malvinas.
