DE MANERA PREOCUPANTE, Morena no cumple con lo que predica; emprendió una campaña discursiva y legal contra el nepotismo por considerarlo un resabio del viejo régimen, y es el primero en poner el mal ejemplo.
PARA NO IRNOS TAN LEJOS, revisemos lo que pasa en San Luis Potosí con el caso más reciente de nepotismo, la designación de Mario Godoy Ramos como delegado del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), hermano de la consejera jurídica de la Presidencia de la República, Ernestina Godoy Ramos
SI NO HUBIERA ESTE parentesco, lo más probable es que no se le habría dado este cargo federal al hermano menor, sino a una persona que realmente cubriera el perfil requerido.
MARIO TIENE ALGUNOS AÑOS residiendo en la capital potosina, arropado por la cúpula morenista, viviendo con placidez del presupuesto del partido en un cargo de medio nivel, pero lo cierto es que no es indígena y que se recuerde, no ha emitido una sola postura a favor de los pueblos originarios, es decir, desconoce la materia, es un improvisado, como se estilaba en el pasado, nada ha cambiado y parece que vamos hacia atrás.
LOS QUE EXIGEN LA DESTITUCIÓN de Godoy a través de una carta dirigida a la presidenta Sheinbaum, por considerar que se trata de un caso de nepotismo y tráfico de influencias flagrante, son precisamente los consejeros indígenas de los pueblos Náhuatl, Tének y Xi’iuy (pames), y van más allá, denunciaron malos manejos en los recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), hay que rendir cuentas claras al pueblo potosino.
EL CASO DE GODOY VIENE precedido de una práctica sistemática de nepotismo en el gobierno federal y en el partido de Morena; en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador en la Secretaría del Bienestar, con el entonces delegado Gabino Morales Mendoza, los cargos operativos y mejor remunerados fueron acaparados por la familia Arreola, de origen priista.
EN EL SEXENIO DE CLAUDIA Sheinbaum Pardo tampoco se guardan las formas, menos el fondo de las cosas importantes, enviaron a Rita Ozalia Rodríguez Velázquez como dirigente estatal de Morena, solo porque ella es hermana de Rosa Icela, quien primero despachaba en la Secretaría de Seguridad Federal con AMLO y luego en la Secretaría de Gobernación.
SIN CAPACIDAD Y MÉRITOS políticos, solo por ese lazo sanguíneo, la impusieron como candidata al Senado, perdiendo de manera estrepitosa porque la misma militancia votó en su contra en rechazo a esta práctica patrimonialista de la política más propia del PRIAN que de Morena; y hay otros ejemplos de nepotismo morenista del dominio público como fue el reparto de las diputaciones plurinominales locales y que dan pena ajena.