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El 80 aniversario de liberación de Buchenwald, bajo la sombra del presente

EFE | 06/04/2025 | 15:12

El 80 aniversario de la liberación del campo de Buchenwald, a donde fueron deportados unos 635 republicanos españoles y donde fallecieron más de 60.000 personas víctimas de la barbarie nazi, se conmemoró este domingo en medio de advertencias por el auge de la ultraderecha y de llamamientos a las nuevas generaciones para que recojan el testigo de la memoria de la mano de los supervivientes, de los que quedan cada vez menos.
 
“Pronto no estaremos y ustedes los jóvenes tendrán que ser los testigos de los testigos”, dijo en hebreo el superviviente Naftali Fürst en su discurso en el antiguo campo de concentración nazi, liberado el 11 de abril de 1945 por el Ejército estadounidense.
 
Los actos se realizaron entre Weimar, la ciudad de Goethe y de Schiller situada a apenas 10 kilómetros del Buchenwald, y el campo mismo, donde una delegación española, encabezada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, depositó una ofrenda floral en la placa que rinde homenaje a los republicanos que estuvieron presos en Buchenwald, entre ellos el escritor y político Jorge Semprún.
 
En la delegación española había también 24 estudiantes de seis institutos españoles de entre 15 y 18 años, además del presidente de la Asociación de Buchenwald, Enric Garriga, cuyo padre estuvo preso en el campo de concentración.
 
"Han venido muchos estudiantes con las entidades de memoria, porque es imprescindible que los jóvenes de nuestro país también conozcan la memoria de lo que fue el paso de sus compatriotas y de los republicanos españoles por estos campos de concentración", señaló Urtasun.
 
"Venir aquí es como una vacuna, duele pero te hace más fuerte en las luchas que tienes que librar", dijo Abel, uno de los estudiantes españoles.
 
Mantener vivo el Juramento de Buchenwald
 
En uno de los actos conmemorativos del día, el expresidente alemán Christian Wulff (2010-2012) dijo que se está "ante una culpa que no prescribe y ante una responsabilidad eterna porque el mal no puede volver a triunfar".
 
El ex jefe de Estado germano recordó una frase suya pronunciada en 2012 en la Casa de la Conferencia de Wannsee, donde se discutió la logística del Holocausto, en la que dijo que mientras más tiempo pasaba menos podíamos comprender como pasó lo que pasó y que hoy, ante lo que está pasando en el mundo, no puede repetirla.
 
"En vista de la radicalización hoy me puedo imaginar cómo todo pudo pasar. Eso es horripilante", afirmó.
 
Según Wulff quien no ve las analogías entre el pasado y el auge de la ultraderecha hoy en día, incluido el de Alternativa para Alemania (AfD) en su propio país, traiciona el Juramento de Buchenwald, en el que los supervivientes del campo de concentración se comprometieron a luchar contra las causas del fascismo y por un mundo pacífico.
 
Urtasun se mostró completamente de acuerdo con Wulff, al afirmar que "es por ello que hoy es más imprescindible que nunca ante el ascenso de determinadas fuerzas que quieren devolvernos al oscurantismo reivindicar que la Europa democrática y la Europa de las libertadas la construyeron los antifascistas, las personas que aquí estuvieron presas y lucharon por la libertad".
 
Entre la cultura y la barbarie
 
Urtasun también participó en la inauguración de la exposición 'Jorge Semprún, una vida europea en el siglo XX' en el Ayuntamiento de Weimar, donde hay una plaza que lleva el nombre del exministro español.
 
La ministra de Cultura alemana en funciones, Claudia Roth, dijo que ninguna obra de ningún otro escritor europeo está tan marcada como la de Semprún por las esperanzas y los horrores del siglo XX.
 
Urtasun agradeció que Weimar le haya dado el nombre del escritor español a una de sus plazas principales y destacó que era una muestra de cómo la ciudad asumió su pasado.
 
La ciudad ha asumido que el campo de concentración es parte de su historia como lo son también las figuras del clasiciismo alemán -empezando por el mismo Goethe- y sabe que pocas otras partes del mundo se pueden sentir tan cerca la civilización y la barbarie.
 
"Buchenwald no está por casualidad al lado de Weimar. Aquí, la ciudad de la cultura, del clasicisimo alemán. Allí, la barbarie. Ello muestra que la cultura no protege contra la barbarie. El lector de Goethe puede ser un funcionario de la muerte y el de Schiller un médico sádico", declaró el primer ministro de Turingia, Mario Voigt, en uno de los actos.