A una altura comparable a la de los sueños, en un bosque de niebla que es magia terrenal, a 2 mil metros de altura sobre el nivel de mar, allá en el municipio serrano de Xilitla, crece a la sombra de los árboles una especie única de orquídea, misteriosa y fascinante, pero que está al extremo de la extinción.
Si desaparece de esos senderos cobijados por la humedad sutil del ecosistema único, no volverá a verse jamás esa flor.
Xilitla, en el extremo de la Huasteca potosina, se ha convertido en una ciudad que ha hecho de la industria turística, su principal motor económico. Aunque pareciera que es suficiente, no lo es para contener las calamidades que propician el rezago, la necesidad, y, también, la expansión urbana.
El nombre científico de la orquídea es stanhopea tigrina, conocida más por el fantástico nombre de Torito o Calavera.
La medicina ancestral, la que proviene acumulada de la sabiduría de los Pueblos Originarios, utilizada por los médicos tradicionales, le concedieron las propiedades mágicas para, aplicada en cataplasmas, curar con rapidez lesiones de la magnitud de una fractura de huesos.
Otros usos, el de curar las heridas más profundas. En la parte mágica, también aquellas que llaman del corazón.
Sin embargo, a pesar de su magia curativa, ser una flor icónica de Xilitla a nivel regional, poco a poco desaparece de manera inexorable.
La flor enfrenta demasiados desafíos
En los microclimas de Xilitla, entre los 200 a 2 mil metros de altura, cuando la humedad se vuelve tangible que se toca con la mano, entre los senderos mágicos de los bosques, puede distinguirse la orquídea Torito aún antes de verla, su aroma es tan potente, perceptible a 10 metros de distancia. Eso propicia que muchos habitantes las descubran con facilidad, las extraigan de la tierra, para venderlas por necesidad, entre 30 y 50 pesos. En un mercado ilegal de flora, o coleccionistas, sin embargo, el valor de la flor puede ascender a los 15 mil o 20 mil pesos.
La orquídea Calavera, la caracterizan sus enormes hojas en color rojo profundo.
"Muchas orquídeas están en riesgo de desaparición, pero ninguna como la stanhopea tigrina, el mayor riesgo, la pérdida de su hábitat, el cambio de suelo, la deforestación total, pero también la extracción ilegal, la coloca a poco de su extinción", explica Marcelino Covarrubias, responsable de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología del ayuntamiento de Xilitla.
La amenaza de extinción es a un punto, por el cual ha pedido a la gente no compre la flor, no contribuir a la degradación del hábitat.
El mayor riesgo
La alteración climática ha causado que los polinizadores naturales, la avispa multicolor, desaparezcan poco a poco. En este año se les ha visto dos o tres en polinización de 40 orquídeas. Antes eran hasta nueve por una sola flor.
A esa crisis se añade la tala clandestina, el recorte funesto del ecosistema. Xilitla tenía un clima de 14 a 28 grados, con lluvias todo el año. Ahora es de 16 a 40 grados, y precipitaciones que caen solo cada tres o cuatro meses.
La humedad que hizo de esa tierra una parecida a los sueños que se esparcían en el aire, la niebla que ocultaba a los bosques, ha desaparecido de manera gradual.
A más de mil 600 metros de altura, la localidad de Miramar, justo en medio de bosque de niebla, es donde más crece la orquídea Torito, también es donde hay mayor extracción ilegal, y el problema de la tala clandestina.