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Joy es la primera mexicana en componer un musical de Broadway

Milenio | 29/03/2025 | 13:09

Al crear la música y letras de Real Women Have Curves, Joy Huerta no solo se volvió la primera mexicana en componer un musical de Broadway, sino que también se adentró por primera vez en el mundo del teatro.

La cantante realizo un mini concierto frente al teatro para promocionar la obra que iniciará previos el 1 de abril y estrenará oficialmente el día 27 en el James Earl Jones Theatre.

Real Women Have Curves surgió como una obra de teatro escrita por Josefina López que estrenó en 1990. Más de diez años después, se adaptó a la pantalla, en 2002, en una película que se presentó en el Festival de Cine de Sundance y que marcó el debut cinematográfico de America Ferrera, acompañada por Lupe Ontiveros y George Lopez.

Más de tres décadas después, esta historia llega a Broadway como un musical, con libreto de Lisa Loomer junto a Nell Benjamin, y música y letras de Benjamin Vélez y Joy Huerta (de Jesse & Joy).

Para la cantante mexicana con ascendencia estadunidense, el mensaje central de la puesta en escena va mucho más allá de una cuestión física.

“Sobre todo el título: Real Women Have Curves, fue algo que me puso como un signo de interrogación cuando me estaban buscando —rememoró—. Puedes interpretar muchas cosas hasta que no lees la obra completa o no sabes de qué va, que fue lo que me pasó. Siento que de cuando escribió la obra Josefina López, ha habido muchos avances en términos de body positive”.

Esa reflexión fue clave cuando le pidieron, como prueba, componer el tema principal homónimo al título. En este, Joy quiso capturar no solo el momento actual, sino una visión más amplia e inclusiva.

“Hablé con Benjamín (su coautor) y le dije: ‘Como esa canción, para empezar, dice Real Women (mujeres reales), quiero que sea para todas las personas que se identifican como mujeres, no nada más en términos físicos’ —expresó Joy—. Yo veo esta obra englobar todo eso de lo que hablamos como cultura, como gente latinoamericana; cómo navegamos las curvas de la vida, cómo empujamos hacia las circunstancias, que a veces son mucho más complicadas, como lo que viven los inmigrantes en este país”.

Con esto en mente, Joy transformó el concepto de “curvas” en una metáfora más profunda.

“Era llevar ese sentimiento a una canción. ¿Cómo podemos darle la vuelta a las cosas que pasan? Y algo que tenemos, como cultura, es que siempre vemos el vaso medio lleno: hacemos chistes de la tragedia, salimos adelante, le damos la vuelta y nos volvemos a presentar a trabajar, y somos los primeros en llegar al trabajo en este país”, subrayó.

Desde su visión, esa resiliencia también se refleja en la vida cotidiana: “A donde quiera que vayas, al restaurante que quieras, de la comida que sea —tailandesa, china, coreana, española—, siempre hay mexicanos o latinoamericanos en la cocina. Hablando de esa parte de la representación, lo puedo empalmar con eso y lo traduzco en eso”, enfatizó.

Y si bien ha habido cambios en términos de representación corporal y cultural, Joy considera que aún queda camino por recorrer.

“Han habido avances, pero faltan muchos, y de pronto se sienten retrocesos; estamos tratando de empujar la narrativa, sobre todo en esta obra, quisimos que no nada más se quedara en la parte del cuerpo físico —porque la representación está—; queríamos que se estableciera una vez cantado, que abarcamos mucho más en nuestro mensaje”, indicó.

Volver a ser niña

La cantante confesó que no le fue fácil integrarse al nuevo medio del teatro musical, pero que en la medida que entendió que podía aportar no solo a la música, sino a la historia, hubo emoción y aprendizaje.

“Yo preguntaba muy al inicio —y qué flojera para ellos (los productores)—, era esa que siempre estaba con la mano alzada. Quería saber qué tanto podía aportar, y me contestaron que el contexto que quisiera: ‘También tú eres storyteller , junto con los responsables del libreto’, me recordaron. Entonces me empecé a dejar ir, como niña en parque de diversiones, y fui descubriendo cada sonido”, compartió.

A la vez, ser la recién llegada, la más nueva en teatro de este equipo, le permitió crecer mucho.

“El mayor desafío ha sido… ¡todo! Me gusta decir que sí a los retos y cuando me doy cuenta de lo grandes que son, me pregunto qué hice. Es la única manera en la que crecemos y aprendemos. Quizá el mayor reto fue entrar a una industria que no era mía; o sea, sí hay música, hay arte sí, pero a la vez no tengo nada qué ver; me echaron al ojo del huracán. Es un proyecto que llevamos cinco años haciendo, y que ha traído otro tipo de retos, como no poder estar aquí (en Nueva York) tanto tiempo como quisiera. Soy mamá de dos chiquitos y tengo a mi esposa, por fortuna, ella es mi soporte, mi apoyo, mi roca, mi todo, porque si no, no sé cómo dividiría mi tiempo. Además tengo mi trabajo con Jesse y Joy”, resaltó.