LA LUCHA POR LA REPRESENTACIÓN política de las mujeres no es un esfuerzo aislado o de poco tiempo; si consideramos solamente a nuestro país, tenemos que, en 1917 en el Pacto Federal, se les negó a las mujeres el derecho al voto y fue hasta 1953 que se les reconoció; pero fue hasta finales del siglo pasado, que comenzó a buscarse una mayor presencia de las mujeres en la vida política.
EN LA LEGISLACIÓN ELECTORAL DE 1993 se estableció que los partidos incentivaran la participación de las mujeres; en 1997 se recomendó que las candidaturas de los hombres no excedieran del 70% y para el 2002, se estableció la cuota de género en las candidaturas; en el 2009 dicha cuota fue del 40%, y 9 años después se legisló para establecerla del 50%.
SIETE AÑOS HAN PASADO DE LA primera legislatura que arropó casi el mismo número de hombres y mujeres en las Cámaras del Congreso de la Unión; cuatro años han transcurrido desde la primera legislatura que alcanzó una integración paritaria; y menos de un año tenemos, de haber logrado que, por primera vez, haya más mujeres que hombres en el Poder Legislativo.
SIN DUDA ALGUNA LA PARIDAD EN los órganos de decisión era un paso fundamental para generar las herramientas necesarias que puedan coadyuvar a cerrar las brechas de desigualdad en materia de género; pero las cuotas no son la solución per se, es decir de ese primer paso, se vuelve necesario avanzar rumbo a la calidad de la representación.
ACTUALMENTE ESTAMOS FRENTE a una tercera legislatura que se integra de forma paritaria y por ello debemos cuestionarnos ¿Cuáles han sido los avances legislativos que se han materializado por la lucha feminista derivado de esta representación? ¿El trabajo legislativo realmente está teniendo un impacto en la vida de las mujeres? ¿Hemos acelerado el cierre de las brechas de desigualdad de género como consecuencia del trabajo del Congreso?
DESGRACIADAMENTE LA respuesta es que no estamos teniendo cambios trascendentales, que la representación política se encuentra por los suelos y la paridad en la integración del Poder Constituyente permanente, simplemente no está transformando la realidad del país y de esto, fuimos testigos hace unos días.
ESTA SEMANA LA CÁMARA DE Diputados discutió sobre la solicitud de desafuero de Cuauhtémoc Blanco por acusaciones sobre delitos en materia de género; y la representación política de las mujeres simplemente fue aplastada por una realidad demoledora: muchas de las mujeres que ostentan hoy la representación política de género, SI LLEGARON SOLAS.
EL FUERO ES UNA GARANTÍA procesal de la fueron investidos los legisladores, no es un escudo para convertir el Congreso en una cueva de delincuentes; el fuero brinda libertad de expresión y sobre todo una protección para que no exista una persecución política que impida que puedan ser increpados por sus intervenciones en tribuna.
EL RETIRO DEL FUERO NO ES UNA declaración de culpabilidad, es solo la sustracción de una garantía, para permitir que la justicia realice su trabajo sobre la investigación y sanción de delitos, es decir para ser procesado como cualquier ciudadano.
LA CÁMARA DE DIPUTADOS mayoritariamente está integrada por mujeres, muchas de ellas en sus discursos hablan del rompimiento del techo de cristal y de las víctimas de algún tipo de violencia; pero cuando tuvieron que mostrar congruencia ante un hecho real, la mayoría decidió voltear a otro lado; e incluso hubo algunas que hasta con efusividad gritaban al acusado: NO ESTÁS SOLO.
ES DIFÍCIL ESPERAR ALGO DE ESTA Legislatura, pero cada vez parece más decadente su actuación; pero justo cuando parecía que el tema y la sororidad lograrían dignificar la representación legislativa, vimos como decenas de mujeres se dejaron aplastar por el pacto de impunidad que representaba conservar el fuero.
LA VOTACIÓN DE ESTA SEMANA no fue vista por los líderes parlamentarios con perspectiva de género, simplemente les preocupó que retirarle el fuero a uno por la presión política, abriría un antecedente funesto para el pacto de impunidad que para todos los partidos ha representado el fuero constitucional.
RETIRAR EL FUERO A UNO, NO ERA juzgarlo por las acusaciones en su contra, era abrir la puerta a que cualquier pueda ser juzgado, que ninguno encontrase espacio de refugio y que la justicia pudiese alcanzarlos, por ello había mucha presión y por ello aceptaron pagar la factura por protegerse. Nada le debían a Cuauhtémoc, solamente no querían arriesgarse porque, aunque digan algunos que tienen la cola corta, saben que la tienen.
SOLAMENTE CREO QUE VALE LA pena cerrar con una frase que resumió la tragedia que fue la votación de la cámara de Diputados: “Las 251 mujeres no están dando la cara por las mujeres; no llegó una y llegamos todas. Ese techo de cristal que dicen que sí se rompió, sí se rompió pero para de a pie, para las violentadas se les deja el piso pegajoso para que ese cristal las siga cortando".
@josesolisb