“Mi amor, si algún día ya no regreso, solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo…”
Eduardo Lerma Nito
¡Y no regresó! Como no regresaron las mas de 111,000 personas que siguen en calidad de desaparecidas.
Personas asesinadas en el gobierno de Calderón 130,463
Peña 156,066
López 199,619
CASI 600,000 personas.
Para que logremos dimensionar, imagínense que desaparecieron o amanecieran muertas TODAS, PERO TODAS Y AL MISMO TIEMPO, las personas de San Miguel de Allende, todas las personas de Ciudad Valles.
Toda la población de Santa María del Rio
Todas las personas de Sayulita
Todos los habitantes de Vallarta.
Si lo que quieren es reducir el dolor a números, estadísticas a matemáticas simples imaginen:
Cuántas calles cubrirías con un millón, UN MILLON de zapatos?
Cuántos litros de lágrimas se llenarían de los ojos de las madres buscadoras ?
Cuántos decibeles alcanzarían los gritos de todos los Familiar y amigos, juntos de todas las personas asesinada y desaparecidas.
Si el dolor, lo lográramos pesar, ¿cuánto creen que pesara en una báscula? si lograran extraérselo del alma de los hijos e hijas huérfanos, las madres padres y amigos de esos seres que les arrebataron la vida, por qué si! Porque pueden porque se les da la gana porque vivimos el el país con la mayor impunidad en el mundo!
En narcotráfico permeó en todas las esferas de la sociedad .
Destrozaron el tejido social.
Nos rebasó!
Vivimos en un estado fallido y los políticos siguen hablando de derecha y de izquierda como si politizando la tragedia el drama y el sufrimiento de esas 600,000 madres que lloran a sus hijos e hijas fuera a resolver algo!
El crimen organizado disfruta ver el espectáculo que nos brinda la división de los políticos cirqueros, se sienten a salvo sabiendo que para los políticos, - ellos (el crimen organizado) - no son los enemigos! Son la clase política su propia enemiga y se están autodestruyendo.
Nos volvimos un pueblo de narco series, narco corridos, narco economía; millones de dólares de dinero sucio lavado por los empresarios que vemos felices con sus familias en los restaurantes de las mejores zonas, donde solo entra la clase privilegiada! La que no le importa que con ese dinero millones de familias en este país, y de otros, sufran la tragedia de la adicción en sus jóvenes!
Esas narco series logran los mayores ratings de audiencia y aceptación en la población, donde los jóvenes admiran al asesino, al torturador al secuestrador al delincuente, al que se mete en la pantalla el pericazo (cocaina por la nariz y lo que le sobra lo distribuye por sus encías) y pueden encañonar a un inocente o a su enemigo, que resultó “más malo” que el que lo va a matar! Y lo celebramos, y nos gusta que el policía, el investigador termine siendo el burlado el “bruto”, el corrupto de la serie, el del papel secundario, así que de repente, en el inconsciente colectivo, ya nos vemos agradeciendo que así sea, porque la serie te envolvió a tal grado, que el protagonista asesino y malvado ya es tu héroe! Hasta te cae bien!
Entonces ese inconsciente colectivo, pasa al consciente ya normalizado y esa TRAGEDIA Y DRAMA también LO VES Y LO ESCUCHAS EN UN NOTICIERO, DIARIAMENTE los asesinatos de nuestros hermanos, de nuestras hermanas, alguien más ha desaparecido, a una más “la levantaron” alguien más ha sido mutilado, alguien más ha sido quemado en ácido, otra niña o algún niño más le sacaron los órganos, se los llevaron…
Pero para todas y todos pasaron a ser un número más de las encuestas, van sin rostro a la estadística, no gritaremos sus nombres en las calles, no dejaremos “la casa y el sillón“, se nos olvidará el apellido de la madre buscadora que la habíamos visto desgarrada en la misma pantalla; pero, tal vez, algún día, desesperados preguntaremos donde encontrarla cuando necesitemos su ayuda, solo así, porque ahora es tu hijo, tu hija, tu sobrino, tu amiga, tu amigo el desaparecido…
Mientras tanto, a pesar de la indiferencia que nos carcomió el espíritu como nación, esa indiferencia que cachetea y golpea el corazón, todos los días, de esas madres, buscadoras, de esos padres buscadores, qué a pesar de la apatía de este pueblo mexicano.
que les escupe a diario; y el discurso despreciable de la clase política, que utiliza su dolor y sus nombres, esos nombres con rostro que tuvieron vida y sueños que fueron arrebatados por criminales, con todo ese peso que soportan viendo como la barbarie que sufren la ven convertida en números para ganar votos para llenar urnas para golpearse y destruirse entre ellos mismos esa clase política despreciable, mientras eso ocurre, esas madres buscadoras, esos padres buscadores, siguen con sus uñas arrancando escombros y tierra, con toda la fuerza que les da el amor poderoso por sus criaturas esperando encontrarlos vivos o aunque sea muertos para volver a abrazar su cuerpo!
Si tuvieras le certeza de que tu hija o hijo fueran asesinados o desaparecidos, ¿qué serías capaz de hacer?