Para Paula Aguilar, psicóloga de niños y adolescentes y especialista en violencia sexual infantil, México vive una verdadera pandemia en el abuso sexual a los menores de edad.
Como experta en el tema, este año, durante sus conferencias ha hecho una pregunta directa a su auditorio: ¿viviste violencia sexual en tu infancia?
"Tengo una media de 55 por ciento que dicen sí y 45 por ciento dicen no, hasta el día de hoy. Seguramente irá cambiando. Gira alrededor del 50 por ciento. Es una realidad que está por todos lados", advierte.
"Estamos frente a una pandemia, es alucinante. Es una realidad que está por todos lados", lamenta Aguilar, quien acaba de publicar Inaccesibles (Editorial Patria), que pretende ser el libro de cabecera, el ABC del cuidado y la prevención de la violencia sexual infantil, y, si ésta ya ocurrió, ayudar a la sanación de los sobrevivientes y de los familiares.
Además, ha creado un protocolo de protección escolar sobre abuso sexual para las instituciones educativas.
Aguilar, mamá de tres, es también docente, capacitadora y directora de Conciencia, una organización desde la que se concientiza, informa y promueve el desarrollo de habilidades y buenas intervenciones en la crianza para prevenir el abuso sexual a los niños, a través de conferencias, talleres, capacitaciones y asesorías.
"Mi especialización en violencia sexual infantil viene de todos los casos que he acompañado. Llevo 15 años dedicándome a esto. Al día de hoy atiendo entre 1 y 15 casos, entre llamadas, mensajes, consultas, lo que me ha permitido conocer la problemática desde sus entrañas", explica en entrevista.
La especialista advierte que la prevención del abuso sexual infantil sí es posible, pero depende, sobre todo, de que los adultos lo miren, se informen y tomen acciones.
"La prevención no es una plática de genitales: 'estas son tus partes privadas, nadie las debe ver ni tocar', sino que se trata de lo que hacemos en la crianza, en el día a día, sin siquiera hablar, sin decir nada, la manera en la que les hacemos sentir que tienen una voz, la forma en la que les permitimos estar conectados con su autenticidad, y saber cuándo algo les incomoda y que puedan decir: 'esto no me gusta', 'esto no quiero', 'necesito espacio', que tengan la posibilidad de poner un límite a alguien que tiene intimidad con ellos, la posibilidad de saber que son dignos de tener un buen trato, que son valiosos, todo eso se absorbe y se incorpora a través de las experiencias de la vida diaria".
De hecho, explica la psicóloga, los padres y cuidadores no necesitan sentarse, necesariamente, a tener una plática formal con los niños.
"Lo importante es qué estamos haciendo en el día a día que aleje a los menores de las situaciones de abuso, de escoger adultos seguros", enfatiza.
¿Cuáles son las principales señales que debemos tener en cuenta los padres, los maestros, los cuidadores sobre posibles abusos a los niños?
Hay un síntoma que es único y exclusivo, que es la sexualización en la conducta, los juegos, el lenguaje. Ese es el único que es exclusivo de abuso.
Y luego hay una serie de síntomas que pueden aparecer por cualquier otro conflicto emocional, pero podemos mirarlos bajo la óptica de tres reglas que propongo:
1.- Hay un antes y un después, y se puede separar en una línea del tiempo, quizá no puedo decir el día exacto, pero sí decir que más o menos después de las vacaciones de verano comenzó a tener estos cambios.
2.- No hay alguna razón que justifique estos cambios tan radicales que altera el funcionamiento de una o más áreas.
3.- Si con los apoyos adecuados y un tiempo, estos no disminuyen, no desaparecen.
¿Cuáles son los síntomas?
Hay un montón. Tienen que ver con cambios en la conducta, en el estado de ánimo, las reacciones, pueden estar más irritables, hiperactivos, pueden estar mucho más reactivos, agresivos con otras personas, con autoagresión, ansiedad, tristeza, depresión, rechazo excesivo a alguna persona, a algún lugar, cambio excesivo de ropa que tenga que ver con sus partes privadas, cambios en los patrones de sueño, de alimentación, en el rendimiento escolar, regresiones, somatizaciones, cambios notables en la personalidad, que pierdan el interés por cosas que antes les interesaban.
Primordialmente se afectan tres esferas: las relaciones con los demás, la relación con uno mismo, mi concepto, mi autoestima, y la relación con el cuerpo, con mi sexualidad y el sistema nervioso. El sistema nervioso se altera y comienza a funcionar de manera distinta: hay más irritabilidad, explosividad, hiperactividad, agresión, etcétera. Situaciones en las que los niños se sienten en peligro y están siempre defensivos.
¿Qué acciones se pueden tomar para alejar a los niños de la violencia sexual?
En el libro hay una guía para saber quiénes son adultos seguros y poder hacer un acto responsable de evaluación o de valoración de
las personas que están cerca de nuestros niños, sobre todo de aquellos que cuidan de ellos, que están con ellos, sin supervisión.
No por ser de la familia tienen pasaporte directo a la vida de los niños y las niñas. El 90 por ciento de los abusos son por alguien cercano, alguien de confianza y se habla de 75 por ciento que es el primer círculo del menor, familiares: papá, mamá, tía, tío, abuelos, primo o hermano.
Otra herramienta es conocer qué aspectos pueden generar más vulnerabilidad en nuestros niños y cómo fortalecerlos, porque en el desarrollo del niño hay mucha vulnerabilidad, evaluar ¿qué podemos hacer para disminuir esa vulnerabilidad y fortalecerlos?, hay toda una guía para fortalecerlos, desde la personalidad, el tipo de crianza , aspectos médicos, físicos.
Por otro lado, generar entornos seguros, desde la disposición de cómo tenemos la casa, donde juegan, si se pueden encerrar o no en los cuartos, cuántos adultos hay por niños.
Básico: educación sexual integral
La educación sexual integral es primordial para prevenir el abuso sexual infantil, remarca Paula Aguilar.
Principalmente porque no se puede hablar de lo que no se conoce, indica la especialista. Y para que los niños y niñas sepan que de este tema sí se habla y que los papás estén listos para escuchar sin desestructurarse o caotizarse.
Además, remarca la psicóloga, la prevención depende y recae en el adulto.
"Somos los adultos, y no sólo los papás, sino todos los adultos en la sociedad, quienes estamos a cargo de la salvaguarda de los niños y las niñas", señala.
¿Qué consejos le darías a los padres y a los cuidadores que sospechen que sus hijos o los niños están sufriendo de un abuso sexual?
Les diría, en primer lugar, si ellos se los reportan, hay que concentrarse mucho más en los mensajes no verbales que mandamos: que tu cuerpo y gestos digan 'te creo, estoy aquí para ti, mi amor es incondicional', porque los niños suelen interpretar el abuso con culpa y vergüenza.
Entonces, la respuesta de los adultos puede ser muy sanadora o muy hiriente. No interrogar, no hacer miles de preguntas. No nos corresponde a los papás investigar. Eso será labor del especialista. Cuando empezamos a interrogar, los niños suelen cerrarse, confundirse, pensando que no nos están diciendo lo que nos deberían decir, entonces intentar complacernos y decir otras respuestas, genera mucha confusión.
Normalmente también se cierran. En lugar de interrogar, decir: 'gracias, es muy importante que me contaras, yo me voy a encargar de cuidarte para que esto no vuelva a pasar'. Si solamente hay una sospecha, ir directo con el especialista y, con la guía del especialista, saber qué se requiere paso a paso para indagar sobre la sospecha y para ver qué procede dentro del hogar, qué le toca hacer a los papás. Cada caso hay que valorarlo en forma especial e individual.
Conózcala
Paula Aguilar
- Psicóloga de niños y adolescentes, asesora familiar, conferencista, docente, capacitadora, activista, autora, fundadora de la organización Conciencia.
- Especializada en psicología infantil, crianza, vínculo, maternidad, trauma, terapia de juego y, primordialmente, en prevención de la violencia sexual infantil.
- Ha dedicado los últimos 15 años a erradicar el abuso en las infancias, formando e informando a cuidadores, a educadores, a niñas y niños.
- Capacita a psicoterapeutas y personal de instituciones, públicas y privadas, a través de una metodología propia.
- Es autora de cuentos infantiles y libros para padres.
- Colabora como miembro y aliado de distintas organizaciones nacionales e internacionales enfocadas en combatir la violencia sexual infantil.
Toma nota
¿Cómo sé si los síntomas son por abuso sexual infantil y no por algo más?
1.- Hay un antes y un después, no era así y está marcado en una línea de tiempo.
2.- Los cambios no se justifican con una situación o evento conocido.
3.- A pesar de los apoyos emocionales y un cierto tiempo, los síntomas no desaparecen o aumentan.
¿Cómo responder cuándo nuestros hijos quieren comunicar un abuso sexual?
Actúe con:
- Calma y neutralidad.
- Silencio y escucha.
¿Qué hacer?
1.- Agradece y valora.
2.- Nombra el abuso y lo incorrecto de ello.
3.- Asegura su protección.