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Glaciares de México: ¿Dónde están los últimos?

Agencia Reforma | 22/03/2025 | 13:10

Los últimos glaciares de México se encuentran en dos de sus montañas más altas: el Citlaltépetl o Pico de Orizaba y el Iztaccíhuatl, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
 
Son tan vitales estas masas de hielo que su conservación es el tema del Día Mundial del Agua 2025, celebrado el 22 de marzo.
 
¿Qué es un glaciar?
 
 
Los glaciares son masas de hielo formadas por la acumulación de nieve. Cuando no se derrite durante el verano, se comprime y forma hielo, apuntan el Servicio Geológico de Estados Unidos y la Facultad de Ciencias de la UNAM.
 
Son conocidos como “ríos de hielo” porque fluyen o se desplazan hacia abajo, agrega la Agencia Espacial Europea.
 
Su existencia es posible cuando la precipitación anual de nieve supera a la que se evapora en verano, precisa la Máxima Casa de Estudios.
 
 
Citlaltépetl
 
 
El Citlaltépetl o Pico de Orizaba alberga el glaciar más grande de México: el Glaciar Norte, indica una investigación de 2023 de Víctor Soto, geógrafo y profesor de la Universidad Veracruzana (UV).
 
Se encuentra cerca de extinguirse porque actualmente es mínima la cantidad de nieve que cae y se funde en días o semanas, así que no alcanza a unirse con la de otras precipitaciones para compactarse en hielo, explicó a Universo, el sistema de noticias de la UV.
 
 
Iztaccíhuatl
 
 
El Iztaccíhuatl cuenta con glaciares en dos áreas: El Pecho y La Panza, de acuerdo con datos compartidos por Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, en el seminario “Evolución de los glaciares de México: futuro y contexto ambiental” del 2022.
 
Sus investigaciones plantean que en las próximas décadas desaparecerán irremediablemente debido al aumento de temperatura y al descenso de las precipitaciones como consecuencia del cambio climático derivado de actividades humanas, de variaciones climáticas como el fenómeno El Niño y de la actividad volcánica.
 
 
¿Qué se espera por su desaparición?
 
A decir de Delgado, los glaciares del Citlaltépetl y del Iztaccíhuatl aún existen gracias a la forma de las montañas donde se ubican: están protegidos por cierta sombra y el viento contribuye al descenso de la temperatura en sus zonas, lo que les permite sobrevivir.
 
No obstante, el investigador considera que su desaparición es irreversible.
 
“Los glaciares del Iztaccíhuatl ya deberían de haber desaparecido. Sin embargo, las características de la morfología de la montaña (y) al estar albergados dentro de cráteres es la única razón por la que todavía hay remanentes en el volcán Iztaccíhuatl”, comentó.
 
Ya que estas masas de hielo son una fuente de agua potable para las personas que viven a sus alrededores, cuando desaparezcan por completo no podrán alimentar los cuerpos de agua aledaños y los habitantes cercanos enfrentarán dificultades para satisfacer sus necesidades y regar sus cultivos, prevén Delgado y Soto.
 
Su desaparición rompería el equilibrio de los ecosistemas porque el agua del glaciar hidrata los suelos por donde escurre y alimenta a flora y fauna de las proximidades, añade el académico de la UV.
 
Incluso es factible que algunas especies de los picos se extingan o sean reemplazadas por organismos más tolerantes a altas temperaturas, establece Numa Pavón, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
 
Los glaciares son considerados vitales por la ONU porque facilitan la infiltración de agua a los mantos acuíferos para recargarlos y su hielo refleja la radiación solar, lo que ayuda a mantener el clima fresco.
 
¿Qué se puede hacer?
 
A pesar de que la pérdida de glaciares sea irreversible, Delgado comparte acciones que se pueden llevar a cabo para adaptarse y mitigar el cambio climático.
 
Los gobiernos pueden propiciar que se reduzca el uso de combustibles fósiles, promover las energías limpias y dar incentivos fiscales para comprar vehículos eléctricos y/o híbridos.
 
Asimismo, reforestar zonas de alta montaña para mejorar la retención de agua e invertir en tecnologías de captación y almacenamiento de agua de lluvia.
 
“Es preciso reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover el uso eficiente del agua para evitar una crisis hídrica aún mayor en el futuro”, compartió a UNAM Global TV.
 
Ahorrar tanto el agua como la energía eléctrica son acciones a llevar a cabo desde el ámbito individual, al igual que pintar las azoteas de blanco para reflejar la radiación solar.