San Luis Potosí, SLP.- El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) enfrenta una creciente crisis debido a la saturación de sus servicios y el desabasto de medicamentos, lo que ha generado inconformidad entre sus derechohabientes. La situación se ha visto agravada con la implementación del programa “La Clínica es Nuestra”, una iniciativa que busca mejorar la infraestructura y equipamiento de las unidades de primer nivel, pero que, en la práctica, ha derivado en una mayor demanda sin la capacidad de respuesta necesaria.
El programa “La Clínica es Nuestra” fue diseñado para fomentar la participación de los derechohabientes en la gestión de sus unidades médicas. A través de asambleas, se elige un comité conformado por un presidente, una secretaría técnica y una tesorera, quienes tienen la responsabilidad de aprobar proyectos de mejora en infraestructura y equipamiento. Cada unidad de primer nivel recibe hasta un millón 200 mil pesos para optimizar sus instalaciones.
Si bien el programa ha permitido realizar mejoras en algunas clínicas, también ha generado un incremento en la demanda de servicios, pues muchas personas que antes optaban por consultas privadas ahora recurren al ISSSTE, confiando en una mejor atención. Sin embargo, la realidad con la que se encuentran es diferente: largas filas, tiempos de espera excesivos y una falta constante de medicamentos esenciales.
El problema del desabasto de medicamentos en el ISSSTE no es nuevo, pero ha empeorado en los últimos meses. Pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y padecimientos renales han denunciado la falta de insumos esenciales para continuar con sus tratamientos. “No hay medicinas ni para lo más básico. Nos dicen que regresemos en unos días, pero siempre es lo mismo”, expresó un derechohabiente afectado.
El incremento de la demanda ha desbordado la capacidad de los almacenes de distribución, y aunque el gobierno ha prometido reforzar el abasto, la realidad es que muchos pacientes deben recurrir a farmacias privadas, lo que implica un gasto adicional que muchos no pueden costear.
Médicos y personal de salud también han manifestado su preocupación ante el aumento de pacientes y la falta de insumos. La saturación de clínicas ha derivado en jornadas laborales más pesadas y en dificultades para brindar una atención de calidad. “Nos enfrentamos a la falta de recursos y a una presión constante por atender a más personas de las que realmente podemos”, explicó un médico de una unidad del ISSSTE.
Aunque el programa “La Clínica es Nuestra” tenía la intención de mejorar el sistema de salud, la falta de una estrategia integral ha dejado al ISSSTE en una situación crítica. Sin medicamentos suficientes, con clínicas sobrepobladas y con una creciente molestia de los derechohabientes, la institución se enfrenta a un reto mayor: garantizar una atención eficiente sin colapsar por la alta demanda.
El llamado de la población es claro: el ISSSTE necesita soluciones inmediatas para resolver el desabasto de medicamentos y optimizar sus servicios, pues de lo contrario, la crisis seguirá afectando a miles de personas que dependen del instituto para su atención médica.