Han pasado cinco años desde aquel 13 de marzo de 2020, cuando se confirmó el primer caso de COVID-19 en San Luis Potosí. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de la población, mientras las autoridades sanitarias intentaban contener un virus desconocido. Las autoridades sanitarias dieron a conocer la noticia que terminaría por cambiar la vida de todos los potosinos; una mujer de poco más de 50 años, había dado positivo a este desconocido virus que estaba causando terror alrededor del mundo, una enfermedad que, con este caso, marcaba su llegada a San Luis Potosí.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades de salud para que la ciudadanía extremara todas las medidas de prevención, nada frenó el paso de la pandemia; unos días después, el 25 de marzo, se tuvo conocimiento del primer deceso provocado por la enfermedad y, para entonces, ya se habían suspendido clases y todos recomendaban quedarse en casa.
En los días siguientes, el número de casos se incrementó y, ante la incertidumbre sobre el nuevo virus, las autoridades tomaron medidas drásticas, como el confinamiento voluntario en casa. La ciudad se paralizó, los comercios cerraron sus puertas y la vida cotidiana se transformó drásticamente; y aunque desde entonces, el mundo ha cambiado: la población ha sido vacunada, se han desarrollado tratamientos y se ha aprendido a convivir con la enfermedad, la pandemia dejó cicatrices profundas, algunas más evidentes que otras.
Impacto importante
El impacto del COVID-19 en San Luis Potosí fue un reflejo de lo que ocurrió en el resto de México y el mundo. Sin antecedentes de una pandemia de tal magnitud, la población enfrentó pérdidas humanas, económicas y emocionales.
La pandemia tuvo un impacto social significativo, ya que muchas personas perdieron sus empleos o vieron reducidos sus ingresos; además el aislamiento social y la falta de acceso a servicios básicos también afectaron negativamente a la población.
El COVID-19 también afectó negativamente a las empresas en San Luis Potosí, especialmente a las micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes), que tuvieron que reducir al mínimo su trabajo y personal para lograr salir a flote, pero lamentablemente en muchos casos varios negocios tuvieron que cerrar sus puertas. La Avenida Carranza es un ejemplo de esa afectación que provocó el cierre de muchos negocios que hasta la fecha se pueden ver locales abandonas por negocios que se fueron a la quiebra.
Pymes las más afectadas
Entre mayo de 2019 y julio de 2021, periodo que cubre el paso de la pandemia de COVID-19, el porcentaje de pymes que cerraron en San Luis Potosí superó en poco más de 6 puntos porcentuales, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ya que las empresas potosinas de ese tipo que cerraron sumaron el 30.7 por ciento, lo que deja un resultado negativo, pues las empresas que cerraron superaron en 6.1 por ciento a las que abrieron en ese mismo periodo.
Medidas gubernamentales
El Gobierno del Estado implementó varias medidas para mitigar el impacto de la pandemia, como la creación de programas de apoyo para empresas y personas afectadas; además se implementaron medidas de salud pública, como la vacunación y el distanciamiento social, para reducir la propagación del virus. En 2022, San Luis Potosí experimentó un crecimiento económico importante, lo que permitió la recuperación de empleos y la llegada de nuevas inversiones.
Más de 250 mil casos y 7 mil muertes en SLP
Desde 2020, de acuerdo a datos de los Servicios de Salud de San Luis Potosí se registraron 253 mil 786 casos confirmados y 7 mil 741 muertes en el estado, con lo que se tiene 5.27% de letalidad y un 53% de positividad. Los 10 municipios con mayor número de casos y defunciones son San Luis Potosí, Ciudad Valles, Soledad de Graciano Sánchez, Matehuala, Rioverde, Tamazunchale, Ciudad Fernández, Tamuin, Villa de Reyes y Axtla de Terrazas.
En lo que va del 2025, el estado de San Luis Potosí ha registrado sólo 2 casos de Covid-19, lo que implica una disminución anual de 90 por ciento en comparación con los casos registrados en el mismo periodo del 2024, de acuerdo con la información de la Secretaría de Salud.
Enfermedades resurgieron tras la pandemia por el COVID-19
Más allá de los casos confirmados y las muertes registradas en el estado, la crisis sanitaria provocó un impacto silencioso, pero significativo en la salud pública. En los años posteriores a la pandemia, se ha registrado un aumento de hasta un 20% en enfermedades que antes no eran tan comunes o cuya incidencia se mantenía bajo control, como el sarampión, la sífilis congénita en bebés y la neumonía.
El confinamiento, la saturación hospitalaria y la interrupción de servicios médicos regulares jugaron un papel clave en este repunte. Durante la emergencia sanitaria, los esfuerzos estuvieron enfocados en combatir el COVID-19, lo que provocó retrasos en la vacunación infantil, la detección de enfermedades de transmisión sexual y el tratamiento de infecciones respiratorias.
El doctor Héctor Aguirre, pediatra infectólogo del Hospital Central, confirma esta tendencia: “Los meses posteriores a la pandemia sí vimos un aumento en casos, sobre todo en enfermedades como sarampión, sífilis congénita en los bebés y algunos casos de neumonía por neumococo”.
¿Qué enfermedades regresaron?
El sarampión, por ejemplo, había sido prácticamente erradicado en muchas regiones gracias a la vacunación. Sin embargo, la suspensión de campañas de inmunización durante la pandemia permitió su reaparición. La sífilis congénita, una enfermedad prevenible con controles prenatales adecuados, también se incrementó, evidenciando las dificultades que muchas mujeres enfrentaron para recibir atención médica en ese periodo.
Aunque la crisis sanitaria quedó atrás, sus efectos siguen presentes. Además del aumento en enfermedades infecciosas, los hospitales han visto más casos de gastroenteritis severa y complicaciones respiratorias en menores, situaciones que requieren atención inmediata para evitar desenlaces fatales.
Hay que reforzar la prevención
“El reto ahora es reforzar la prevención. Es fundamental que la población mantenga al día sus esquemas de vacunación, que las mujeres embarazadas acudan a revisiones médicas regulares y que no se descuiden las medidas básicas de higiene y control de enfermedades”, expresa el pediatra infectólogo Hector Aguirre.
La pandemia fue un golpe devastador, pero también dejó enseñanzas. Aprender de ellas es clave para evitar que su sombra siga afectando la salud de las futuras generaciones. Afortunadamente, gracias a la aplicación de vacunas y al desarrollo de inmunidad, las condiciones han cambiado, permitiendo a la población sobrellevar mejor la enfermedad y reducir su impacto en la vida cotidiana.