La escasa oferta de vivienda es una de las principales causas de la actual crisis que vive el sector en muchos países de renta media y alta, aunque los migrantes son a menudo injustamente culpados de ella, alertó el experto de la ONU Balakrishnan Rajagopal.
El relator para el acceso a una vivienda digna, quien presentó su informe sobre la situación global del sector ante el Consejo de Derechos Humanos, subrayó en una rueda de prensa previa que algunos síntomas de la crisis son "la incapacidad de muchas familias trabajadoras para permitirse una casa, el gran aumento de los precios de los alquileres y la falta de inversión en vivienda pública".
Todo ello, analizó, es resultado de "políticas tomadas hace décadas que, por ejemplo, abrazan la consideración de la vivienda como un producto, en términos de mercado, en lugar de como un derecho humano".
"Ello ha llevado a que desde los años 80 del siglo pasado haya habido un abandono gradual de la financiación y el apoyo a la vivienda social, o la privatización de ésta", subrayó.
Paralelamente, destacó, entraron grandes firmas que invirtieron en vivienda y suelo como activos financieros, "creando un mercado sin inquilinos, con muchos edificios y apartamentos que son propiedad de inversores y se mantienen vacíos".
Rajagopal insistió en que en muchos países los migrantes son erróneamente culpados de la reducción del mercado de la vivienda, algo que se pudo comprobar en campañas electorales como la del pasado año en Estados Unidos.
"Los políticos ven fácil culpar a los migrantes por unas crisis nacionales de la vivienda y buscan soluciones radicales que incluyen la detención y deportación masiva, o la militarización de fronteras", lamentó.
"Los migrantes son en realidad víctimas de la crisis de la vivienda, no su causa", argumentó el relator, poniendo como ejemplo las condiciones abusivas o los altos precios que en muchos casos sufren por parte de sus caseros.
Estos "errores de diagnóstico" a la hora de analizar la crisis, aseguró, se pueden desmentir fácilmente si se comprueba, según citó, que los flujos de migrantes se han mantenido estables desde la década de los 60 del siglo pasado, o que muchos problemas de acceso a la vivienda se prolongan desde hace décadas.
"Normalmente se remontan a decisiones públicas que incluyeron abrazar políticas neoliberales, abandonar completamente la vivienda social, dejar de proteger a los derechos de los que más necesitan acceder a viviendas, incluidos los inquilinos de alquiler, o no controlar las enormes cifras de desalojos", aseguró.