San Luis Potosí, SLP.- Con la llegada de la temporada de calor, las enfermedades respiratorias comienzan a disminuir, pero en su lugar aumentan los casos de enfermedades gastrointestinales, diarreicas, deshidratación y golpes de calor. De acuerdo con especialistas, estos padecimientos incrementan hasta un 20% durante esta época, afectando a la población en general, pero con mayor impacto en niños menores de cinco años.
San Luis Potosí y su zona metropolitana enfrentarán entre cuatro y cinco olas de calor en 2025, con temperaturas que superarán los 34°C, principalmente en los meses de abril y mayo. Estas condiciones propician la proliferación de bacterias en los alimentos y el rápido deterioro de los mismos, lo que incrementa el riesgo de infecciones estomacales.
El pediatra infectólogo del Hospital Central, Dr. Héctor Aguirre, advierte que la deshidratación es el primer problema que se presenta debido a la falta de ingesta de líquidos, especialmente agua natural. Además, el calor acelera la descomposición de los alimentos, provocando enfermedades diarreicas agudas.
Los infantes son los más propensos a sufrir deshidratación debido a su menor tamaño corporal y su incapacidad para reponer líquidos rápidamente. En el caso de los bebés menores de seis meses, el especialista enfatiza que no deben consumir agua, ya que su organismo aún no está preparado para procesarla. En situaciones de deshidratación grave, se recomienda el uso de suero oral y continuar con leche materna o fórmula.
Asimismo, el Dr. Aguirre explica que los golpes de calor y las infecciones gastrointestinales pueden presentar síntomas similares, como diarrea y fatiga. Sin embargo, la diferencia radica en su origen: un golpe de calor ocurre tras una exposición prolongada al sol, mientras que una infección gastrointestinal suele estar acompañada de fiebre, vómito y diarrea causada por alimentos en mal estado.
El especialista desmintió la creencia de que un bebé debe mantenerse excesivamente abrigado para evitar enfermedades. Señaló que los menores no se enferman por el frío o por el calor, sino por la exposición a personas que portan virus respiratorios como gripe o tos.
Con la llegada de las altas temperaturas, es fundamental extremar precauciones, mantener una adecuada hidratación, refrigerar correctamente los alimentos y evitar la exposición prolongada al sol para reducir el riesgo de padecimientos asociados al calor.
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