Para el Óscar no hay descanso, y la producción camina velozmente para tener todo listo para la ceremonia de mañana.
La alfombra roja, protegida con plástico, ya se encuentra colocada y adornada con estatuillas gigantes y decorados.
También el espacio destinado para los fans ya quedó delimitado en dos partes de la extensa pasarela.
El trabajo se extenderá hasta altas horas de la noche, mientras se realizan ensayos de cámaras para la alfombra roja y el preshow oficial, que será conducido por Julianne Hough y Jesse Palmer.
Ayer se anunciaron a Miley Cyrus y Miles Teller como los últimos presentadores, con la leyenda extra de: "¿Acaso lo son?", lo que hace suponer que el Óscar tiene aún sorpresas bajo la manga.
Otra razón para esperar eso es que la producción prometió reuniones inesperadas en el escenario, de elencos icónicos del pasado.
Será la ceremonia número 23 que se realiza en el Teatro Dolby, en el corazón de Hollywood, que tiene una capacidad para 3 mil 300 personas en la noche del Óscar.
Como todos los shows de la temporada, el tema de los incendios que azotaron a Los Ángeles estará presente.
Queen Latifah rendirá tributo al desaparecido Quincy Jones, premiado en noviembre con el Óscar honorario de manera póstuma.
Se espera también que el recién fallecido Gene Hackman sea incluido en las menciones.
También se realizará un tributo a las canciones icónicas de las películas de James Bond, ya que sus productores, Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, fueron reconocidos en noviembre con el honorario Irving G. Thalberg.
Todo esto sin contar que las nominadas al Óscar por Wicked, Cynthia Erivo y Ariana Grande, también tendrán una aparición musical.
Conan O'Brien será el conductor por primera vez y confesó durante las actividades promocionales de esta 97 Entrega, que se acercó a Billy Crystal, ya que considera que es de los mejores anfitriones de la historia de la ceremonia de premios.