La entrega a Estados Unidos de 29 narcotraficantes deja al descubierto que, detrás de los "abrazos, no balazos" que prohijó el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador, había un pacto de protección a la delincuencia organizada, afirmó el senador panista Ricardo Anaya.
En opinión del jefe de la bancada blanquiazul, la entrega de los capos significó un "tributo" con el cual agradar al Presidente Donald Trump para evitar la amenaza de los aranceles a México.
"Esta entrega también nos confirma que detrás de la frase 'abrazos, no balazos' había un pacto vulgar, ilegal y descarado de protección a la delincuencia organizada", aseguró en entrevista.
"Y no hay duda de que se trata de un tributo para agradar a Trump y así evitar los aranceles. Es también una confesión de que no lo hicieron antes por razones inconfesables. Lo hacen ahora, no por su convicción de combatir a los criminales, sino por la necesidad de evitar la imposición de aranceles".
Para el PAN, señaló su ex dirigente, "está muy bien que los extraditen. Está bien que estos criminales se pudran en una cárcel gringa y que no se pudran los limones y los aguacates de los productores mexicanos extorsionados".