La Osteoporosis es una enfermedad ósea caracterizada por la disminución de la densidad y calidad de los huesos, lo que aumenta el riesgo de Fracturas.
Es una afección silenciosa, ya que no suele presentar síntomas hasta que se produce una fractura, generalmente en la cadera, columna o muñeca.
Factores de riesgo de la Osteoporosis
Varios factores pueden predisponer al desarrollo de Osteoporosis, entre los que se incluyen:
Edad y Sexo: Afecta principalmente a personas mayores. Las mujeres, especialmente después de la menopausia, tienen mayor riesgo debido a la disminución de estrógenos, hormona clave en la salud ósea
Factores Genéticos: personas con antecedentes familiares de Osteoporosis, en especial aquellas con ascendencia europea, tienen mayor predisposición
Enfermedades Preexistentes: algunas condiciones médicas pueden afectar la calidad ósea, tales como Enfermedades metabólicas, Problemas de tiroides, Diabetes, Algunos tipos de cáncer (enfermedades neoplásicas), Malnutrición o deficiencia de nutrientes esenciales
Diagnóstico de la Osteoporosis
El principal estudio para diagnosticar la Osteoporosis es la Densitometría Ósea (DEXA), un tipo especial de radiografía que mide la densidad mineral ósea. Además, se pueden realizar análisis complementarios para evaluar niveles de:
Vitamina D
Calcio
Paratormona y calcitonina, hormonas relacionadas con el metabolismo óseo
Síntomas de la Osteoporosis
La Osteoporosis es conocida como "la enfermedad silenciosa" porque no presenta síntomas hasta que ocurre una fractura. Algunas señales tardías incluyen:
Fracturas frecuentes, especialmente en cadera, columna o muñeca
Dolor intenso tras una caída
Reducción de la estatura con el tiempo
Dolor persistente en la región de la columna
Prevención y tratamiento
Algunas de las principales opciones de prevención y tratamiento de la Osteoporosis son:
Alimentación Rica en Calcio y Vitamina D
El calcio y la vitamina D son fundamentales para la salud ósea. Se recomienda consumir:
Pescados como sardinas y salmón.
Verduras de hoja verde (acelgas, espinacas, espárragos).
Leguminosas (frijoles, habas).
Lácteos (leche, yogur), siempre bajo supervisión si hay intolerancias.
Ejercicio Físico
El sedentarismo es un factor de riesgo. Se recomienda:
Actividad física ligera a moderada.
Caminatas diarias.
Ejercicio con carga moderada para fortalecer los huesos.
Evitar sustancias perjudiciales
Reducir el consumo de harinas refinadas.
Evitar el tabaco y el alcohol, ya que afectan la calidad ósea.
Suplementación y medicación
En algunos casos, el médico puede recomendar:
Suplementos de calcio y vitamina D
Medicamentos como los bifosfonatos, que ayudan a frenar la pérdida ósea
Exposición moderada al sol
La exposición solar breve y controlada favorece la activación de la vitamina D, esencial para la absorción de calcio.
La Osteoporosis es una enfermedad silenciosa que puede afectar gravemente la calidad de vida si no se detecta y trata a tiempo. La prevención a través de una alimentación adecuada, ejercicio y hábitos saludables es clave para mantener la salud ósea a lo largo de la vida. Ante cualquier duda, es fundamental consultar con un especialista en Traumatología y Ortopedia.