Expertos advierten que la propuesta de Donald Trump de igualar los aranceles con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) podría generar una crisis en las cadenas de suministro globales y provocar represalias de los socios comerciales de Estados Unidos.
El presidente estadounidense anunció que su administración implementará un sistema de aranceles "recíprocos", en el que no solo se gravarán productos importados con impuestos tradicionales, sino que también se incluirán elementos como el IVA, subsidios y barreras comerciales no monetarias.
"Cualquier país que cobre a EE.UU., nosotros se lo cobraremos a ellos, ¡ni más ni menos!", publicó Trump en su red social, argumentando que el IVA es "mucho más punitivo que un arancel" y que no permitirá que otros países lo utilicen para afectar la economía estadounidense.
La medida podría tener un efecto sísmico en la economía mundial. Según Louis Conde, director de Seguridad Nacional, Comercio y Tecnología en Alvarez & Marsal, la propuesta de Trump representa un cambio radical en la política comercial de EE.UU., con consecuencias potencialmente caóticas.
"Si esta política despega, las cadenas de suministro mundiales podrían sumirse en el caos. Los socios comerciales tomarán represalias y las empresas enfrentarán una incertidumbre masiva de la noche a la mañana", advirtió Conde.
El experto señaló que las empresas con producción transfronteriza o mercados internacionales deben prepararse para un escenario de volatilidad.
Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, explicó que a diferencia de un arancel fijo, la inclusión del IVA en la política comercial de EE.UU. afectaría productos que cruzan la frontera en múltiples etapas de su fabricación.
"Habría problemas para determinar qué productos son para consumo final y cuáles están en proceso. Muchos insumos cruzan varias veces la frontera antes de llegar al consumidor", detalló Siller.
Desde la perspectiva estadounidense, el IVA aplicado en México ha sido visto como una barrera comercial, ya que los productos de EE.UU. pagan un 16 por ciento de IVA al ingresar al país, mientras que las exportaciones mexicanas hacia EE.UU. no enfrentan un impuesto similar.
Francisco J. Peña-Valdés, secretario general binacional de la AEM y presidente del capítulo en McAllen, Texas, afirmó que la política de Trump está enfocada en reducir el déficit comercial de EE.UU., con México como uno de los principales objetivos.
"Estados Unidos considera que el IVA mexicano es una desventaja para sus productos. Si la medida se implementa, EE.UU. podría imponer un arancel equivalente al 16 por ciento del IVA mexicano sobre productos importados", explicó Peña-Valdés.
Este ajuste encarecería bienes clave como autos, autopartes, electrónicos y productos de la industria maquiladora, afectando su competitividad en el mercado estadounidense. Además, las empresas de EE.UU. podrían optar por relocalizar su producción a países con regímenes fiscales más favorables.
Inga Fechner, economista sénior de Comercio Global en ING, destacó que el IVA es un impuesto fundamental en 175 países, incluidos los de la Unión Europea (UE), donde representa una parte significativa del PIB y los ingresos fiscales.
"La abolición del sistema del IVA es extremadamente improbable. Es un pilar de las finanzas públicas en muchos países", subrayó Fechner.
Además, explicó que el IVA se aplica con base en el destino del consumo, lo que significa que los impuestos se cobran en el país donde los bienes y servicios son utilizados, en lugar de donde se producen, alineándose con los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Por su parte, Luis Mauricio R., socio de Rodega Traders & Logistics, señaló que el IVA en México funciona como un crédito fiscal para los importadores, lo que significa que el impacto de eliminarlo sería más complejo de lo que parece.
"Si se eliminara el IVA a las importaciones, los importadores dejarían de pagarlo al momento de la importación, pero tampoco podrían deducirlo del IVA recaudado en sus ventas", explicó.
Cualquier cambio en el esquema del IVA implicaría una reforma fiscal profunda en países como México, lo que podría afectar gravemente los ingresos del gobierno y desestabilizar la economía.
La propuesta de Trump pone en riesgo la estabilidad del comercio internacional y podría provocar una escalada de tensiones con México, China y la Unión Europea, principales socios comerciales de EE.UU. Con el futuro económico en juego, expertos advierten que esta medida desataría un conflicto comercial con consecuencias impredecibles.