Desde la pasada Administración, el Gobierno federal ha enarbolado al fenómeno de la relocalización de cadenas productivas (nearshoring) como un pilar capaz de atraer importantes flujos de nuevas inversiones al País, no obstante, los datos aún no ofrecen una señal clara de esta tendencia.
Con cifras al tercer trimestre de 2024, la composición de la Inversión Extranjera Directa (IED) en México tuvo un mayor peso en las utilidades reinvertidas, con una participación de 86 por ciento, mientras que lo correspondiente a nuevas inversiones sólo fue de 5.8 por ciento.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) subrayó que un débil Estado de Derecho, la creciente inseguridad, criminalidad y corrupción son factores que inhiben la intensión de invertir en el País, independientemente de lo benéfico que podría ser el proceso de relocalización.
"De hecho, hasta ahora no se han concretado importantes nuevas inversiones impulsadas por el nearshoring, lo que refleja la cautela ante el entorno de un ambiente político interno complejo y ahora de una coyuntura externa igualmente preocupante", indicó el centro.
Asimismo, el CEESP recordó que tras cuatro años de ausencia, la consultora Kearney reintegró a México en su ranking de los 25 países más atractivos para invertir. No obstante, advirtió que lo anterior podría no ser permanente si no se aprovecha la coyuntura para permanecer en este grupo.
"El reingreso de México parece responder principalmente a la percepción de los beneficios que ofrece el proceso de relocalización. Sin embargo, para que esto funcione se requiere de un ambiente de confianza en los negocios, en el que las reglas para invertir sean claras. Uno de seguridad y nula corrupción", contrastó.
Por su parte, Pia Orrenius, vicepresidenta y economista senior del Banco de la Reserva Federal (Fed) de Dallas, cuestionó el impulso de la relocalización en México a partir de la guerra comercial entre Estados Unidos y China durante la primera Administración de Donald Trump.
El año pasado, la Fed de Dallas colocó al nearshoring en México como uno de los riesgos al alza para el crecimiento de la economía de Texas a partir de un gran movimiento de manufacturas desde naciones asiáticas al País, no obstante, los resultados observados en 2024 fueron heterogéneos.
"En realidad, hemos visto un aumento en el comercio de Texas con México, quien se convirtió en el mayor socio comercial de Estados Unidos, pero lo que realmente esperábamos ver en el nearshoring, si realmente está despegando, sería en la Inversión Extranjera Directa en México.
"Extrañamente, no hemos visto que la nueva IED realmente repunte en México, de hecho las nuevas inversiones han disminuido. Entonces, aún seguimos a la expectativa en estos datos", expuso la economista.
Un obstáculo más que se suma a las previsiones de beneficios por la relocalización son las amenazas arancelarias del Presidente Trump en su segundo mandato, las cuales han sido empleadas como moneda de cambio para atender puntos importantes de su agenda, como la inmigración y la seguridad.
"Las amenazas de tarifas podrían dislocar las expectativas de nearshoring en México, pero es difícil estimar un escenario con cierto grado de certidumbre, ya que existen muchas variables que son desconocidas.
"De entrada, nos parece que los proyectos en marcha seguirán su curso, sin embargo, los nuevos proyectos productivos, en especial aquellos para relocalizar la producción, podrían ponerse en pausa", indicó Alejandra Marcos, directora de Análisis de Intercam Casa de Bolsa, en un reporte.