Un ensayo médico ha probado que el fármaco semaglutida, usado en fármacos como Ozempic para combatir la diabetes y la obesidad, es también eficaz para reducir el consumo de alcohol en personas que abusan de la bebida con consecuencias perniciosas para su salud.
La semaglutida es uno de los medicamentos basado en los agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), que ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre y actúan también sobre la saciedad, reduciendo la ingesta de alimentos y facilitando la pérdida de peso.
Junto con otros fármacos de la misma familia (dulaglutida, exenatida, liraglutida o lixisenatida), la semaglutida ha demostrado ser extremadamente eficaz tanto para combatir la diabetes como la obesidad.
En este estudio, recogido este miércoles en la JAMA Psychiatry, investigadores de la Universidad del Sur de California han descrito los resultados de un ensayo que muestra que una inyección semanal de una baja dosis de semaglutida reduce la ansiedad en los bebedores y evita el consumo excesivo de alcohol, con más eficacia incluso que los medicamentos frente al alcoholismo.
Qué es el consumo excesivo de alcohol
Los científicos estiman que aproximadamente un tercio de los adultos en los países ricos tienen problemas puntuales o permanentes por exceso de consumo de alcohol.
En este estudio, en concreto, cifran ese exceso en los hombres que consumen bebidas alcohólicas más de 14 veces por semana, más de 7 en el caso de las mujeres; y que tienen dos o más episodios semanales de consumo excesivo en el que toman de 5 o más bebidas en un episodio de consumo en el caso de los hombres y 4 o más en el de las mujeres.
Para el ensayo, los investigadores reclutaron a 48 adultos con problemas de alcoholismo que no buscaban activamente tratamiento.
El trastorno por consumo de alcohol se define por una serie de posibles síntomas, como la incapacidad para dejar de beber o controlar la bebida a pesar de las consecuencias negativas.
Una semana antes de la primera inyección de semaglutida, los investigadores invitaron a los participantes a consumir sus bebidas alcohólicas preferidas durante un periodo de dos horas en un entorno cómodo creado dentro de un laboratorio. Los científicos documentaron las bebidas consumidas y el tiempo entre ellas.
A continuación, los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir inyecciones semanales de una dosis baja del medicamento Ozempic o de un placebo durante nueve semanas, durante las cuales también se midieron sus patrones semanales de consumo de alcohol.
Trascurrido ese tiempo, los participantes volvieron a ser invitados a consumir alcohol en un entorno cómo dentro de un laboratorio, mientras los investigadores controlaban qué había cambiado.
¿Qué cambió?
Los resultados, medidos en base a la ingesta de alcohol y a la concentración de alcohol en el aliento, indicaron que las inyecciones semanales de una baja dosis de semaglutida redujeron la ansiedad por el alcohol, lo que se tradujo en menos días de consumo y menos bebidas, en relación con quienes solo tomaron placebo.
Lo más llamativo para los investigadores fue que el efecto de la semaglutida en la reducción de consumo de alcohol fue mayor que el de los medicamentos existentes para reducir la ansiedad por el alcohol, a pesar de que solo se administró una dosis baja de Ozempic.
En el último mes de tratamiento, los pacientes del grupo de semaglutida redujeron muy significativamente el número de días de consumo excesivo de alcohol, es ´más, el 40% de ellos dijo que no bebió en exceso en ningún momento durante el último mes de tratamiento.
El estudio confirma una observación habitual de los médicos que tratan a pacientes contra la obesidad o la diabetes con estos fármacos, que logran que se reduzca o se pierda repentinamente el deseo de beber alcohol.
"La reducción de la ingesta de alcohol se asocia a una mejora de la salud, y esto justifica que sigamos estudiando los agonistas del receptor de GLP-1 para tratar el trastorno por consumo de alcohol", señala uno de los autores, Christian Hendershot, director de Investigación Clínica del Instituto de Investigación sobre Adicciones de la universidad el Sur de California.
Los investigadores también han visto que los participantes fumadores que recibieron la inyección en el ensayo redujeron significativamente más la media de cigarrillos diarios que los del grupo placebo.