Los equipos de rescate que trabajaban desde hace casi dos semanas en la búsqueda de un camionero japonés de 74 años que cayó a bordo de su vehículo en un socavón que se abrió repentinamente en una carretera local han decidido poner fin a su búsqueda en el hoyo ante el riesgo de derrumbes.
El departamento de bomberos de Yashio, la ciudad de la prefectura de Saitama donde tuvo lugar el siniestro, a unos 20 kilómetros de Tokio, tuvieron que suspender este domingo las labores de rescate tras apenas 30 minutos después de detectarse peligro de derrumbe y han decidido considerar otros métodos, como entrar en el alcantarillado.
El incidente se produjo el pasado 28 de enero, cuando el camión accidentado fue tragado por un gran socavón que se abrió en una concurrida intersección situada cerca del ayuntamiento de la ciudad.
Los equipos de rescate construyeron varias pendientes en los alrededores para que la maquinaria necesaria accediera al lugar para buscar al hombre, pero el terreno permanece inestable y han decidido desistir de estos intentos ante el peligro de que las paredes y la pendiente colapsen, según informó la cadena pública NHK.
El agujero tenía inicialmente 10 metros de ancho y unos 6 de profundidad, pero siguió creciendo hasta al menos doblar su diámetro y alcanzar unos 15 metros de profundidad.
El hombre se encontraba consciente y podía hablar con normalidad en el momento del accidente, pero los bomberos perdieron el contacto con él en la tarde del mismo día del accidente.
Esa noche se logró recuperar la parte trasera del remolque del camión, pero la cabina del conductor con el hombre dentro permaneció en el agujero, donde fue cubierta por escombros y agua que seguía saliendo de una tubería dañada que había bajo la carretera.
En días previos, lo que se cree que es la cabina fue encontrada en una tubería de alcantarillado a más de 100 metros río abajo del lugar, pero se desconoce el paradero del conductor.
El cuerpo local de bomberos está considerando ahora otros métodos de búsqueda, incluyendo entrar en las tuberías.
Se cree que el derrumbe inicial fue causado por una tubería de alcantarillado corroída ubicada a unos 10 metros bajo la carretera y que las aguas residuales que se desbordaron erosionaron el suelo circundante, provocando otro socavón posterior al que se unió.