El número de delitos de carácter terrorista y extremista perpetrados en 2024 por migrantes, sobre todo ilegales, crecieron respecto al año anterior y representan una seria amenaza para el país, alertó hoy el presidente del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), Alexandr Bastrikin.
"Las manifestaciones de extremismo cada vez más atrevidas por parte de ciudadanos extranjeros representan una amenaza a la seguridad del país", afirmó Bastrikin en una reunión dedicada al trabajo de la entidad durante el año pasado.
El presidente del CIR señaló que el año pasado "fueron cometidos 253 delitos de carácter terrorista" por parte de migrantes, "más que en 2023", cuando se cometieron 231 delitos de este tipo.
"Los materiales de las causas penales muestran que a menudo estos crímenes son cometidos por migrantes ilegales que se trasladan sin control alguno por el territorio del país y violan sistemáticamente lo establecido por las leyes migratorias", dijo.
Señaló que en el marco de las investigaciones de estos delitos cometidos por migrantes "se desata toda una madeja de acciones criminales organizadas en la rama de las relaciones migratorias, en particular cometidas por funcionarios que deberían controlar los procesos migratorios".
Según Bastrikin el año pasado fueron enviados a los tribunales 2.978 casos penales contra 3.201 extranjeros (un 18 % más que en 2023), uno de cada diez estaba vinculado a un asesinato.
En lo relativo a ataques criminales de migrantes contra menores de edad, durante 2024 fueron descubiertos más de 1.500 delitos diversos de este tipo, aseveró.
Además, constató que el año pasado creció considerablemente -de 95 a 701- el número de denuncias remitidas al CIR por ciudadanos rusos sobre violaciones de las leyes migratorias por parte de ciudadanos extranjeros.
"Los procesos migratorios que tienen lugar en el país deben estar bajo un firme control del Estado que garantice los intereses nacionales de Rusia y de sus ciudadanos", zanjó.
Las alarmas antiterroristas en Rusia se dispararon tras el atentado yihadista contra la sala de conciertos Crocus City Hall cometido en marzo del año pasado por cuatro tayikos y donde murieron 145 personas.
A ello se suman las amenazas provenientes de grupos islamistas radicales que estuvieron detrás del ataque contra el Crocus City Hall y los ataques de junio pasado contra una iglesia y una sinagoga en la república caucásica de Daguestán que se cobraron más de 20 víctimas.