Lunes 27 de Enero de 2025 | Aguascalientes.
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Homilía: Nadie, estamos de sobra

Pbro. Lic. Salvador González Vásquez | 26/01/2025 | 05:05

Todos nos necesitamos, por algo Dios nos puso en el  mismo camino.
 
Es por eso, que cuando alguien falta, ya no estamos   completos.
 
Ya que, el hombre no es perfecto, precisamente, porque le falta un complemento; y es en los demás, donde encontramos aquello que nos  falta.
 
En la comunidad o  familia, todos formamos un solo cuerpo. Y éste, se compone de muchos órganos, que necesitamos para seguir viviendo.
 
Ya lo dice San Pablo: “Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: no te necesito; ni la cabeza, a los pies: Ustedes no me hacen falta”. (1Cor.12).
 
Ningún órgano del cuerpo está de sobra; así como tampoco, los miembros  de una familia están de más; porque fuimos hechos para complementarnos.
 
Por tanto, no hay que renunciar a vivir en  unidad, poniendo como pretexto, que hay diversidad.
 
Lo diferente, no es contrario, es  un complemento que ayuda a vivir en   armonía.
 
No tratemos de  uniformar a ningún miembro de la familia, ni mucho menos compararlos.
 
Porque lo distinto hace la armonía, y crea la unidad.
 
San Pablo dice: “Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos?...Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?”. (1Cor.12).
 
Nos  necesitamos, pero ante todo, necesitamos de Dios.
 
Ya que, si nos falta el Señor, viviremos  tristes.
 
Dice el libro de Nehemías: “Este es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren…No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza”. (Neh.8).
 
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez 
 
 
 
Lectura del santo Evangelio según San Lucas Lucas 1, 1-4. 4, 14-21
Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado.
 
(Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
 
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.