Aunque la Administración del Presidente estadounidense Donald Trump canceló las citas para solicitar permiso humanitario, migrantes que se encuentran en Monterrey no se dan por vencidos, y planean cruzar la frontera "a como dé lugar".
El lunes, luego de que Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos, la aplicación CBP One-de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza- mediante la cual se otorgaban citas en algún punto fronterizo, fue suspendida de manera definitiva.
Las citas ya existentes, incluso, fueron canceladas.
Al darse cuenta que sus solicitudes de citas a través de la aplicación digital ya no existían, los migrantes dijeron estar preparados para arriesgarlo todo en su intención de llegar a suelo estadounidense.
Esperan que el Gobierno de Estados Unidos rectifique su política migratoria, pero los migrantes aseguraron estar dispuestos incluso a contratar un "coyote" o "pollero" que los traslade al País vecino y los cruce de manera ilegal.
"Estamos esperando las nuevas normas que el Gobierno (de Trump) va a poner", dijo Alberto García, originario de Nicaragua, "si calificamos para las normas que va a poner, hay mucha posibilidad de que sigamos las instrucciones.
"Pero si se nos cierran las puertas, definitivamente no nos queda de otra que meternos ilegalmente".
Sentado afuera de Casa INDI, refugio para migrantes, García reiteró su determinación de llegar a Estados Unidos y encontrar una mejor vida.
"El hambre nos obliga a buscar la comida, y la comida está en Estados Unidos", señaló, "no importa el riesgo, nada nos detiene.
"Nunca ha podido Estados Unidos contra los inmigrantes. Ellos son un país y nosotros somos el mundo entero".
Junto con Alberto García se encontraba Eduardo Chavarría, migrante de Honduras.
Pese a habérsele negado su solicitud de asilo hace tres meses, solicitó una nueva cita en la aplicación CBP One en diciembre.
Tras enterarse que se había suspendido, aseguró que volvería a intentar cruzar la frontera, esta vez con ayuda de un pollero.
"No queda de otra, hay que cruzar otra vez", recalcó, "mi Plan B es meterme así, a la fuerza".
En una reunión improvisada que tuvo el lunes con migrantes que se albergan en Casa Monarca, el padre Luis Zavala, director del refugio, alertó sobre los peligros de contratar un pollero para cruzar la frontera, como extorsiones, secuestros y hasta tráfico de órganos.