Además de la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y la desaceleración derivada por recortes al gasto público, México deberá enfrentar los riesgos de una baja en el perfil crediticio y altas tasas al colocar deuda, señalaron analistas.
Jorge Marmolejo, gestor de portafolio de Franklin Templeton México, dijo que habrá presión en el perfil crediticio por rubros como Estado de Derecho, la implementación de reformas y la expectativa de crecimiento económico.
Actualmente en los mercados se empieza a descontar una baja en la calificación crediticia, pues cuando el País coloca deuda valúan su capacidad de pago como si fuera de grado especulativo, dijo.
"Para 2025 vemos que la calificación soberana de México será presionada, pero si el Gobierno cumple con el déficit planteado en el Paquete Económico podría solventar el tema.
"Todo parece indicar que ya somos evaluados como si estuviéramos un escalón abajo de la actual calificación. En promedio somo BBB, pero estamos pagando como si fuéramos BB (nivel que ya es especulativo)", explicó.
Lo anterior quedó reflejado en la primera colocación de deuda del Gobierno, que ofreció a inversionistas rendimientos de 6.13 por ciento en los bonos a cinco años, cifra mayor respecto al 5.06 por ciento que ofertó en 2024.
Agregó que el mayor pago por colocar deuda se refleja en los spreads de México, los cuales miden la diferencia entre el precio de oferta y demanda para un determinado valor, que desde diciembre de 2023 ha mostrado una tendencia al alza.
Pese a este panorama, Marmolejo indicó que la degradación de la calificación soberana no se percibe como algo inminente o en el corto plazo, pero temas como las condiciones de las finanzas públicas junto con la incertidumbre política global harán presión durante el año.
Víctor Manuel Herrera, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, consideró previsible una rebaja en la calificación del País el próximo año, dado el manejo de las finanzas públicas y el clima político.
"Se puede producir una rebaja. Ya lo vimos con la perspectiva negativa de Moody's. La ventaja que tenemos con Moody's y S&P es que estamos en BBB, a diferencia de Fitch, que estamos en BBB-, entonces aún tenemos un escalón de margen antes de perder el grado de inversión.
"Si no hay una corrección en el recorte fiscal a niveles aceptables de déficit y si no se estabiliza el nivel de la deuda, yo esperaría una amenaza a la calificación para perder el grado de inversión hacia finales de 2026, pero todavía hay tiempo y margen de acción para que el Gobierno tome alguna acción", indicó Herrera.