San Luis Potosí, SLP.- Tras 62 años de formar generaciones, la Escuela Secundaria Técnica No. 1 (ETI), una de las instituciones educativas más emblemáticas, cerrará sus puertas definitivamente este año. El anuncio ha generado alarma entre estudiantes, padres de familia y exalumnos, quienes ven cómo la historia de esta secundaria llega a su fin. La decisión responde a un nuevo uso del edificio, que será destinado a albergar la Universidad Rosario Castellanos a partir de agosto.
Con más de 250 estudiantes matriculados en la actualidad, la desaparición de la ETI no solo significa el cierre de una escuela, sino también la interrupción de un legado educativo que marcó a generaciones enteras. Los alumnos serán reubicados en otros centros escolares, según informaron autoridades educativas, pero esta solución no ha tranquilizado del todo a los padres, quienes temen que el cambio afecte el rendimiento académico y emocional de sus hijos.
“Es injusto que después de tantos años simplemente decidan cerrar la escuela. Mis hijos estaban cómodos aquí, con maestros que conocían y un ambiente que les gustaba”, expresó un padre de familia.
Por su parte, los estudiantes han manifestado su tristeza y preocupación por perder el lugar que han llamado su segunda casa: “Aquí me sentía segura, era mi espacio. No quiero empezar de cero en otra escuela”, comentó una alumna de segundo grado.
Desde su fundación, la Escuela Secundaria Técnica No. 1 se convirtió en un referente de la educación técnica en el país. Ofrecía a los jóvenes herramientas prácticas en áreas como electrónica, carpintería y mecánica, al tiempo que impulsaba actividades culturales y deportivas que enriquecían su formación integral. Su cierre no solo representa la pérdida de una institución educativa, sino también de un modelo que durante décadas ha fomentado la educación técnica en niveles básicos.
Mientras algunos sectores ven el establecimiento de la Universidad Rosario Castellanos como una oportunidad para fortalecer la educación superior, otros cuestionan la falta de sensibilidad hacia las necesidades de los estudiantes actuales de la ETI: “Es importante crear más espacios para la educación superior, pero no a costa de desmantelar instituciones que ya tienen historia y tradición”, declaró un exalumno de la secundaria.
La Universidad Rosario Castellanos busca ampliar las oportunidades educativas para jóvenes y adultos en la región, pero la transición no ha estado exenta de críticas. Organizaciones civiles y asociaciones de padres han pedido mayor transparencia en el proceso y alternativas que no afecten a los estudiantes de secundaria.
Exalumnos y miembros de la comunidad han alzado la voz en redes sociales, recordando los momentos vividos en la ETI y destacando su impacto en la educación de generaciones pasadas. “Es un golpe muy fuerte, no solo para los que estamos aquí ahora, sino para todos los que alguna vez pasaron por estas aulas”, comentó un exestudiante a través de un comentario por redes sociales.
El cierre definitivo de la ETI ha levantado preguntas sobre el destino de los recursos, la calidad educativa en los nuevos planteles receptores y la falta de consulta con la comunidad antes de tomar una decisión tan trascendental. Padres de familia han exigido garantías de que sus hijos recibirán el mismo nivel académico y que los docentes conservarán sus plazas.
La desaparición de la Escuela Secundaria Técnica No. 1 es, sin duda, un hecho que deja un vacío en la comunidad educativa y genera preocupación sobre las prioridades de las políticas públicas en materia de educación. Mientras algunos celebran la apertura de una universidad, otros lamentan la pérdida de una institución que durante décadas fue símbolo de oportunidades para miles de jóvenes.
La historia de la ETI puede estar llegando a su fin, pero su legado permanecerá en la memoria de quienes encontraron en sus aulas no solo conocimiento, sino también inspiración para construir su futuro.