Diferentes estudios científicos han identificado factores de riesgo evitables que podrían estar relacionados con el desarrollo de la demencia. A continuación, se resumen14 de estos factores y su impacto.
Existen diferentes tipos de factores de riesgo que pueden predisponer a las personas a desarrollar demencia. Entre ellos, algunos no son modificables, pero otros sí. Entre los que no se pueden modificar encontramos la edad o el sexo. En cambio, hay otros factores que dependen sobre todo del estilo de vida de cada persona, y que pueden ser un desencadenante de la aparición de demencia en el futuro.
1. Bajo nivel educativo
Las personas con más estudios, especialmente en las primeras etapas de la vida, tienen un 5% menos de riesgo de demencia gracias a la estimulación cognitiva. Es crucial promover la educación prolongada y actividades cognitivas, físicas y sociales durante la vida adulta para proteger y mantener sano nuestro cerebro.
Este es el único factor de riesgo que se puede prevenir en la niñez y adolescencia. El resto de los factores, tienen impacto en la adultez y, otros como el aislamiento social, afectan más a las personas mayores.
2. Colesterol LDL elevado
Un nivel alto de colesterol LDL, conocido como "colesterol malo", sobre todo en la mediana edad, contribuye al 7% de los casos de demencia. Este exceso se asocia con ictus y la acumulación de proteínas beta-amiloide y tau, relacionadas con el alzhéimer. Las estatinas, medicamentos para reducir el colesterol, pueden ayudar a disminuir el riesgo.
3. Pérdida auditiva
El 20% de la población mundial tiene pérdida auditiva. Por cada disminución de 10 decibelios en la capacidad auditiva, el riesgo de demencia aumenta. Tratar la pérdida auditiva, por ejemplo, usando audífonos, puede reducir este riesgo.
4. Depresión
La relación entre depresión y demencia es bidireccional: puede ser tanto una causa como una consecuencia del deterioro cognitivo. Aumenta en un 3% las probabilidades de desarrollar demencia. Se cree que la depresión puede influir al reducir el autocuidado y el contacto social, o mediante mecanismos biológicos como la inflamación y el estrés en el cerebro.
5. Traumatismos craneales
Los golpes en la cabeza, independientemente de la causa, aumentan un 3% el riesgo de demencia. Los deportes de contacto como el fútbol, donde se producen cabezazos frecuentes, están asociados con un mayor riesgo. Se recomienda usar protección y limitar los impactos repetitivos.
6. Tabaquismo
Fumar durante muchos años también se asocia con el 2% de los casos de demencia. Dejar el tabaco puede reducir significativamente este riesgo.
7. Inactividad física
La falta de ejercicio está vinculada a un 2% de aumento del riesgo de demencia. La actividad física mejora el flujo sanguíneo y reduce la inflamación, lo que protege al cerebro.
8. Diabetes
La aparición de diabetes también eleva un 2% el riesgo de demencia, especialmente si no se controla adecuadamente. Los mecanismos incluyen problemas vasculares y resistencia a la insulina, que incrementa la toxicidad de las proteínas beta-amiloide en el cerebro.
9. Hipertensión
La presión arterial alta a partir de los 40 años incrementa un 2% el riesgo de demencia. Mantener una presión arterial por debajo de 130 mmHg puede ser beneficioso.
10. Obesidad
El exceso de grasa corporal está estrechamente relacionado con otros factores de riesgo como inactividad, diabetes e hipertensión. Incluso una pérdida de peso moderada puede mejorar la cognición en el corto plazo, según algunos estudios.
11. Consumo excesivo de alcohol
Beber más de 21 unidades de alcohol por semana incrementa un 1% el riesgo de demencia. Además, los episodios de pérdida de conciencia inducidos por el alcohol aumentan este riesgo, incluso entre consumidores moderados.
12. Problemas visuales no tratados
El 12,6% de la población mundial tiene dificultades visuales, un factor que contribuye al 2% de los casos de demencia. Entre las causas de alteraciones visuales, las cataratas y la retinopatía diabética están vinculadas a un mayor riesgo.
13. Contaminación del aire
Las partículas contaminantes (PM2.5 y PM10) afectan la cognición. En países con bajos ingresos, el uso de combustibles sólidos para cocinar también aumenta el riesgo de deterioro cognitivo y demencia un 3%.
14. Aislamiento social
La falta de contacto social frecuente se asocia con 5% más de riesgo de demencia. La interacción social favorece la reserva cognitiva, fomenta hábitos saludables y reduce el estrés y la inflamación.
Contexto socioeconómico
También es importante tener en cuenta que las condiciones socioeconómicas influyen profundamente en la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, ya que afectan la dieta, la atención médica y la exposición a contaminantes.
Aunque se evaluaron otras variables como trastornos del sueño, mala alimentación y enfermedades mentales (ansiedad o esquizofrenia), no se encontraron pruebas sólidas para incluirlas actualmente como factores de riesgo directos, aunque se siguen estudiando.
Estos datos resaltan la importancia de fomentar estilos de vida saludables, para prevenir todo tipo de enfermedades tanto físicas como psicológicas. Unos buenos hábitos de ejercicio, alimentación y vida social aumentan la esperanza de vida y, lo más importante, mejoran sustancialmente la calidad de vida.