Las emociones tienen un impacto significativo en las decisiones que tomamos diariamente, incluidas las financieras. Aunque la economía y las finanzas se percibirse como campos racionales, las finanzas conductuales muestran que nuestras emociones influyen profundamente en estas decisiones y que la mayoría de las veces su desarrollo depende de ellas.
De acuerdo con la Revista Proteja su Dinero de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), la relación entre la tristeza y las finanzas es bidireccional: los problemas económicos, como las deudas, afectan el estado de ánimo, mientras que la tristeza puede empeorar la situación económica.
El estrés relacionado con las finanzas aumenta el riesgo de depresión, y la incertidumbre económica agrava estos sentimientos; estamos tristes no gestionamos nuestros gastos y somos más propensos a ser impulsivos y hacer compras emocionales que ofrecen un alivio temporal, pero suelen agravar los problemas financieros a largo plazo.
Asimismo, la tristeza nos lleva a postergar decisiones importantes, como organizar un presupuesto, intensificando el ciclo de estrés y dificultades económicas.
Para romper el ciclo entre la tristeza y los problemas financieros, es importante reconocer su conexión y adoptar estrategias efectivas, como las siguientes:
1. Aprende sobre finanzas: Familiarizarte con conceptos básicos te permitirá tomar decisiones más informadas y gestionar mejor tus gastos.
2. Crea un plan realista: Establecer un presupuesto claro con metas alcanzables reducirá el estrés y evitará que te frustres.
3. Busca apoyo profesional: Tanto la terapia psicológica como el asesoramiento financiero son herramientas valiosas para manejar el estrés emocional y económico.
4. Fomenta el autocuidado: Actividades como el ejercicio, la meditación y mantener relaciones sociales saludables mejoran el bienestar general y reducen el impacto de las emociones negativas en tus finanzas.
5. Controla las compras impulsivas: Prueba la “regla de las 24 horas”: si quieres adquirir algo que no es urgente, espera un día antes de decidir, lo que te ayudará a tomar decisiones más conscientes.