Uno de los cinefotógrafos más activos y versátiles de la industria, el británico Roger Pratt, recordado por su labor tras la cámara en Batman (1989), de Tim Burton, falleció a los 77 años.
Su muerte fue confirmada por la Sociedad Británica de Cinematógrafos (BSC), que no especificó más detalles, como la fecha del deceso, causas o lugar, sólo revelando que Pratt dejó de existir en diciembre pasado.
Nominado al Óscar por su trabajo en The End of the Affair (El Ocaso de un Amor), de 1999, Pratt nació en 1947 y creció en el Reino Unido. Estudió en la icónica London Film School.
Una de sus grandes mancuernas laborales fue con el cineasta Terry Gilliam, a quien conoció en el set de Monty Python and the Holy Grail (1975).
Posteriormente, ambos trabajaron en cintas como Brazil (1985), Pescador de Ilusiones (1991) y 12 Monos (1995).
Gillian llegó a decir que le gustaba mucho tener a Pratt de colaborador, porque era un cinefotógrafo que siempre le gustaba proponer un lenguaje visual y de color de acuerdo a la historia que se iba a contar y a las necesidades estéticas del director.
Pratt, quien también fue colaborador en dos ocasiones de Richard Attenborough y pasó a ser director de fotografía en más de 35 películas, recibió el máximo honor de la BSC, el premio a la trayectoria, en 2023.
Entre sus cintas más reconocidas destacan Harry Potter y la Cámara Secreta (2002), Harry Potter y el Cáliz de Fuego (2005), Troya (2004), Frankenstein de Mary Shelley (1994), Chocolate (2000) y Karate Kid (2010).
"Nuestros pensamientos están con su familia en este momento", señaló la BSC en un comunicado de prensa.