La pregunta que hace la cornista Victoria Moreno expresa su gran frustración: "Si músicos oaxaqueños tocan en orquestas de todo el País ¿por qué Oaxaca no puede mantener su propia sinfónica?".
Este sentimiento resume la crítica situación de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca (OSO), que enfrenta el vacío de un director titular, precariedad laboral de los músicos y el abandono por parte del Gobierno estatal.
La renuncia del pianista y director Eliseo Martínez García el pasado 30 de septiembre dejó a la orquesta sin liderazgo.
"No tenemos idea de qué pasará", admite Moreno, cornista principal.
Este vacío ha puesto en evidencia un problema mayor: la falta de un proceso que involucre a los músicos en la designación de un nuevo director.
A diferencia de otras orquestas en México, donde los músicos participan en la selección de su director, los de la OSO han sido excluidos.
Los atrilistas reclaman el derecho a ser parte del proceso, al argumentar que son ellos quienes trabajan con el director y conocen las necesidades de la orquesta.
La Secretaría de las Culturas y las Artes (Seculta) de Oaxaca se propone designar al director de una lista de candidatos sin consultar a los músicos.
"Quieren imponer a alguien sin tomarnos en cuenta", alega Moreno.
Los músicos formaron ya una comisión artística de siete miembros para defender su inclusión y servir como portavoz de la orquesta.
En diciembre, el ensamble presentó una solicitud formal a la Seculta donde solicita ser parte de la designación del director y transparencia en el proceso de selección.
"Tenemos varias ideas de (cómo) seleccionar el director, que no es sacado de la manga sino porque se ha consultado y visto en otras orquestas", reitera Moreno.
También quieren compartir un proyecto de temporada a la Secretaría, labor que le correspondería al director titular, para asegurar que la orquesta tenga un trabajo estable y que los músicos por honorarios puedan tener mejores condiciones.
La inestabilidad laboral es otro desafío que aqueja a la OSO.
Cuenta con 33 integrantes base y otros 25 están bajo contratos por honorarios, que terminaron en diciembre pasado.
"Esto significa tres meses sin trabajo ni ingresos", explica el clarinetista principal Julián Chemil, también integrante de la comisión artística.
Además, los músicos contratados por honorarios deben audicionar anualmente, una práctica que Chemil considera injusta.
"Aquí haces audición para cinco o seis meses de trabajo. Es una forma de ahorrar en salarios y de controlar a la orquesta, eso hacía (el exdirector) Eliseo (Martínez García), para sacar a los músicos que no le gustaban", asegura el clarinetista.
Esta incertidumbre dificulta que la orquesta interprete el gran repertorio, que requiere de una plantilla completa de 70 músicos.
La temporada 2024, retrasada hasta abril debido a las ineficiencias burocráticas de Seculta, dejó a la orquesta con personal insuficiente.
"Tuvimos que tocar el Capricho italiano de Tchaikovsky con tres trompetas en lugar de cuatro porque Seculta ignoró nuestra solicitud de un músico extra", recuerda Moreno.
Las dificultades de la OSO se agravan por la falta de apoyo de la Secretaría. Los conciertos y ensayos han sido cancelados sin explicación, y la promoción de eventos es mínima.
"Dicen que apoyan la cultura, pero no lo vemos", lamenta Moreno.
Un incidente reciente ocurrió cuando el Gobernador Salomón Jara canceló un concierto programado para utilizar el Teatro Macedonio Alcalá en otro evento.
"Está claro que la cultura no es una prioridad", agrega la cornista.
Los directores invitados trabajaron, a menudo, sin pago.
"Ni siquiera les dan las gracias", lamenta Moreno. "Pero Seculta se para el cuello", señala por su parte Chemil.
El trato que recibe la orquesta hace que sus integrantes se sientan poco valorados y marginados por las autoridades.
"Queremos que nos escuchen, que atiendan nuestras necesidades y que entiendan cómo funciona una orquesta sinfónica", insiste Moreno.Una historia de inestabilidadFundada en 1992, la Orquesta Sinfónica de Oaxaca estuvo durante 22 años bajo el mando de Javier García Vigil, cuyo periodo terminó en medio de acusaciones de usar la agrupación con fines políticos.
Tuvo un breve período de estabilidad bajo el director Juan Trigos que fue abruptamente interrumpido cuando la Seculta no renovó los contratos del director ni de 40 músicos debido a restricciones presupuestales.
Esto llevó a la campaña "Oaxaca merece una sinfónica" ante el riesgo de ser desmantelada. En aquel momento contaba con tan solo 29 músicos permanentes.
"¿Por qué Oaxaca, una tierra de músicos, no aprovecha su potencial?", se pregunta Chemil.
La crisis actual pone en evidencia un abandono sistemático.Nueva administraciónLa situación de la orquesta se complica aún más con los cambios en la Seculta.
La gestión del poeta Víctor Cata como Secretario terminó sin resolver los problemas del ensamble. Su sucesor, Flavio Sosa Villavicencio, ex vocero de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), ha generado críticas.
El trombonista Faustino Díaz cuestionó el nombramiento en una publicación en redes sociales, al calificarlo como una contradicción para un Estado que, según el Gobernador Salomón Jara, se enorgullece de ser "la cuna cultural de México".
"La designación de un personaje (como Flavio Sosa Villavicencio), para muchos un salvador, para muchos más un vividor, es aún más contradictorio", planteó.
En su mensaje, Díaz enfatizó la urgencia de priorizar la estabilidad de la OSO.
"Fácil no la tiene, además de que ya le queda menos tiempo que a Víctor Cata, quien pasó con puras penas y sin gloria en este sexenio. Veremos si de verdad pondrá manos a la obra o quedaremos igual o peor. Que Diosito nos ampare", publicó el músico.