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Popeye y Tintín pasan a ser del dominio público

Agencia | 02/01/2025 | 18:34

Las estrellas universales del cómic Tintín y Popeye, y obras maestras de la literatura, el cine y la música de Faulkner, Hemingway, Hitchcock y Ravel -todas ellas de 1929- pasaron al dominio público estadounidense.
 
Cada 1 de enero, miles de libros, películas, canciones, música, obras de arte y personajes de cómic con 95 años de creación pierden sus derechos de autor en Estados Unidos.
 
Esto significa que pueden copiarse, compartirse, reproducirse o adaptarse libremente sin pagar por ello.
 
A finales de cada mes de diciembre, el Centro para el Estudio del Dominio Público de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (sureste), publica la lista de obras culturales que han pasado a la posteridad.
 
Este 1 de enero de 2025, los protagonistas fueron Popeye el marino, creado en 1929 por el estadounidense Elzie Crisler Segar, y el reportero Tintín, presentado por el belga Hergé ese mismo año.
 
“En los últimos años, hemos celebrado la entrada en el dominio público de personajes fascinantes como Mickey Mouse (2024) y Winnie the Pooh (2022)”.
 
“En 2025 expiran los derechos de autor de más encarnaciones de Mickey que se remontan a 1929 y de las primeras versiones de Popeye y Tintín.” Jennifer Jenkins / directora del centro. 
 
El año 1929 fue también el de grandes obras de la literatura estadounidense y europea, adaptadas varias veces al cine.
 
“El ruido y la furia” de William Faulkner, “Adiós a las armas” de Ernest Hemingway, “Una habitación propia” de Virginia Woolf y la primera traducción al inglés de “Nada nuevo en el Oeste” del alemán Erich Maria Remarque.
 
Estas novelas legendarias también entrarán en el dominio público estadounidense el miércoles.
 
En cuanto al cine, la Universidad de Duke menciona “Blackmail” de Alfred Hitchcock, la primera película sonora británica.
 
En canciones y música, la primera versión de “Singin’ in the Rain”, de los estadounidenses Ignacio Herbert Brown y Arthur Freed, que ha sido adaptada en numerosas ocasiones, también ha perdido sus derechos.
 
Al igual que el famoso “Bolero” del francés Maurice Ravel, compuesto en 1928 pero registrado al año siguiente.