DICIEMBRE TIENE MUCHO DE poesía y es profundamente reflexivo, es herencia del calendario romano, el décimo mes, decem, y de las Saturnales. Es puente entre esa colección invaluable de vivencias de los días que se fueron, aquilatadas en las experiencias que se beben de golpe en un trago de vida, lo que viene, el porvenir.
LE ENCONTRAMOS EL SIGNIFICADO perpetuo a las sonrisas, al valor de la palabra dicha, la no dicha, la que compartimos en el don extraordinario de hablar con otra persona.
TAMBIÉN DE LAS QUE NOS arrepentimos, o las que queríamos decir en la mañana, al mediodía, en las tardes cuando recapitulamos las horas.
COMO SERES, SOMOS UNA construcción del tiempo, pedimos que nunca se acabe, aún y a pesar de que lo monitoreamos a cada instante, con una cita, con un espacio de significados, con una ojeada al reloj.
LE HEMOS DADO A DICIEMBRE EL regalo de la reconciliación, el de obsequiarnos una verdadera máquina del tiempo, capaz de devolver en los recuerdos acumulados, el primer día de enero, los abrazos de mayo, los atardeceres del verano, el sonido de las lluvias, cuando cayeron con fuerza otra vez.
MUCHAS PALABRAS SE desbordan en el pensamiento decembrino, intactas, parecidas unas a otras, cada una como si fuese una muy preclara que conservamos imperecedera de los días del año. El año que se agota. Entre aprendizajes y desaprendizajes, como decía Octavio Paz.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL AÑO SON como despertarse otra vez en las mañanas, redescubrir el sonido, las emergencias del corazón y del alma, la maquinaria de la mente, y nunca olvidar lo que hemos hecho con el tiempo.
LOS ARMISTICIOS SON personales, por ir y venir, las interrogantes de siempre que mueven reflexión, con sus consabidas respuestas ya conocidas, y que nos dieron la alegría, la sabiduría, y también, a veces, nostalgias escurridizas.
AHORA CON UNA IRRUPCIÓN asombrosa de la tecnología, casi nunca volteamos al cielo, pero en los ensayos de nocturnales, como se hizo por milenios antes, se ve el avance del tiempo, en los relojes de horizonte que apuntan una fecha, o los solsticios y equinoccios; en las lluvias de estrellas dedicadas; en las fases de la luna que tanto influyen en el planeta.
INOLVIDABLES LOS 365 MUNDOS tenidos en un solo día. O 365 días, convertidos en otro año de la vida. El tiempo es mucho más veloz. Diciembre es de recuerdos, evocados para siempre.
MUY FELICES FIESTAS
Es la última Brújula del año -la siguiente será publicada ya en 2025-, mientras tanto les agradezco y aprecio su lectura. Y les deseo muy felices fiestas navideñas, y un estupendo Nuevo Año. Con mucho cariño.