No existe una sola alma idéntica a la tuya. La información, vibración y tesitura de cada una de nuestras existencias es completamente auténtica, por ende, las frecuencias, colores y formas de nuestra energía conforman a una esencia única en cada Ser que ocupa un lugar en la materia.
Hay personas que en toda su vida no se dan cuenta de los regalos benéficos y nutridores que traen en su haber para compartir. ¿Te has preguntado cuál es la misión de tu vida? ¿Has pensado en cuál es tu propósito superior? ¿Sabes cual es tu IKIGAI? La razón de tu camino, aquello que estás destinado(a) a disfrutar y compartir en esta vida? A veces nos podemos perder en el deber ser, ese lugar que sentimos seguro para no sentir soledad o que no encajamos en grupos, desde familiares hasta colectivos y universales. Es posible también elegir no trascender, vivir con una venda en los ojos hacia el espejo interno o bien distraer la mirada hacia afuera y en la cárcel del destino familiar o social de acuerdo a las antiguas normas o roles que se nos han impuesto.
¿Para qué eres bueno(a) desde pequeño(a) y que no te cuesta trabajo? ¿A qué jugabas de niño(a)? ¿Cuándo fue la última vez que perdiste la noción del tiempo porque estabas haciendo algo que realmente disfrutabas? Puedes preguntarte hoy, ¿Qué es lo que más amas? ¿Qué le hace falta al mundo que tú puedes darle y que aparte disfrutas mucho? ¿Si tuvieras de pronto dinero ilimitado y ya no más en qué gastar, qué harías con tu tiempo? Dicen que los dones son regalos de Sabiduría que ya traemos en la historia del Alma y creo porque lo he visto, que cuando entramos en el riel del Destino superior, es decir en la misión de vida y estamos ofreciendo al mundo nuestros talentos con gozo, de verdad, te lo digo, los caminos se abren y sientes que estás siendo completamente guiado(a) y las sincronicidades o dioscidencias( como les llaman también), suceden. Tu vida se va conformando de milagros y felices sorpresas que parecen orquestadas por una energía superior benevolente. Y es que estás honrando a tu esencia, a tu autenticidad. Compartir tu don o tus dones no tiene que ver con hacer proezas siempre.
Puede ser algo muy íntimo o en pequeña escala. Por ejemplo médicos, jardineros, periodistas, abogadas, deportistas, trabajadores del hogar, educadores, etc hay muchísimos(as) pero nadie, absolutamente nadie va hacerlo y serlo como tú, si es que es lo que veniste a brindarnos porque te hace feliz. Y anteriormente te he hablado de profesiones conocidas, pero la misión de vida no siempre tiene que ver con labores, puede ser también acompañar desde un lugar medicinal a tu familia, servicio a los vulnerables al estudio, conocimiento diverso, por ejemplo herbolaria, arte o ciencia y transmitirlo a tus descendientes o bien si a ti te hace sentir plenitud a la divulgación del conocimiento. Tal vez encarnas la belleza y te gusta modelar o crear lindos diseños de vestuario, o vigilar por el orden y cuidar desde un arquetipo de guerrero(a).
Cualesquiera que sean esas actividades intelectuales, emocionales, físicas, energéticas o espirituales a las que estés entregado(a) cuando descubres tu Destino y compartes tus dones, no solamente serás más feliz, sino que el Universo entero te agradecerá que aportes al tejido universal de Conciencia, aquello que te hace sonreír y nadie en este mundo puede compartir como lo haces tú. Gracias por permitirnos disfrutar de tu esencia única, gracias por mostrarnos uno de los rostros de la bondad, belleza y verdad del origen amoroso de esa luz inmensa de la que venimos.
Gracias por caminar juntos.
Tu terapeuta.
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.