"Tu hijo, no es una víctima, si regresa lo vamos a acusar de pertenecer al narco y tú te vas a tener que ir para siempre del Estado, porque siempre vas a estar en peligro"... son las palabras que resuenan en la mente de "Nancy" cuando recuerda los meses que pasó en búsqueda de su hijo "Francisco", quien desapareció cuando respondió a una oferta de empleo, en Guadalajara.
Pero estas palabras no fueron amenazas de extorsionadores o criminales, ella las escuchó en la Fiscalía, en una de las tantas visitas que hizo para exigir que apuraran la investigación.
La revictimización por parte de las autoridades es sólo uno de los tormentos que los familiares de víctimas de desaparición tienen que enfrentar. Pero también está el proceso de sobrevivir al estrés postraumático que representa que la persona ausente regrese con vida.
De acuerdo con la terapeuta Karla Cruz, es común que durante la búsqueda las víctimas indirectas estén despegadas emocionalmente del hecho para poder accionar, pero luego, al recuperar a su ser querido, todas esas emociones bloqueadas afloran.
"Tecnológicamente hemos evolucionado mucho, pero nuestro cerebro sigue siendo el mismo de hace miles de años. Uno pensaría que cuando se resuelve una situación tan penosa como la desaparición de un hijo, pues la vida puede seguir como era, pero esto no ocurre así.
"El trauma tiene una función muy importante: que lo que viviste quede marcado en ti para que no te vuelva a pasar. Eso era útil en la época en que el ser humano vivía defendiéndose de la naturaleza, pero en la vida moderna los peligros no son tan visibles", explica Cruz.
Esto lleva a los familiares de la víctima de desaparición a vivir un nuevo duelo cuando el ausente regresa, al que se le suma el miedo a perderlo de nuevo, la estigmatización del entorno y la falta de protección de las autoridades.
"Cuando 'Andrés' regresó fue como volver al inició. Mi madre llora todos los días y vive con más miedo que antes; la única diferencia es que ahora lo tenemos en casa", explicó "José", cuyo hermano fue liberado después de tres meses de reclutamiento.
El joven cuenta que toda su familia ha tenido problemas de sueño, hábitos alimenticios y ansiedad que se recrudecieron con el regreso de "Andrés".
Para el joven, buscar ayuda de las autoridades no es una opción, pues al igual que a "Nancy", a la madre de "José" le advirtieron en Fiscalía que su hijo no era una víctima.
"A mi mamá le dijeron que si mi hermano regresaba era porque había hecho todo lo que le habían ordenado y eso lo convertía en un criminal y que lo iban a procesar", lamentó.
Debido a su situación económica, acceder a ayuda psicológica privada está fuera de su alcance.
ASÍ LO DIJO:
"A la maña no le tenemos miedo, nosotros sabemos que si nos callamos la boca vamos a estar a salvo, pero tenemos mucho miedo de que la Fiscalía se entere de que mi hermano regresó".
'José', hermano de víctima