A 14 años de distancia, el asesinato de la activista Marisela Escobedo sigue siendo la vergüenza del Gobierno, en todos sus niveles, advirtieron colectivos de Chihuahua.
Integrantes de organizaciones de la sociedad civil que promueven y defienden los derechos de las mujeres, colocaron una veladora y una ofrenda frente a Palacio de Gobierno, donde fue asesinada.
"Nos reunimos aquí como cada año, frente a la emblemática Cruz de Clavos de Chihuahua, para recordar que un día como hoy, Marisela fue cobardemente asesinada frente a las puertas del Palacio de Gobierno por exigir justicia por el feminicidio de su hija Ruby Marisol Frayre Escobedo", indicaron las activistas en un comunicado conjunto.
Recordaron que días antes del crimen, Escobedo sentenció lo que sería su muerte: "Si me va a venir este hombre a asesinar, que venga y me asesine aquí enfrente (del Palacio de Gobierno) para vergüenza del Gobierno".
"A 14 años de impunidad, con toda la familia desplazada forzadamente en otro país y con un sostenido incremento de violencia contra las niñas y mujeres en Chihuahua, esta sigue siendo la vergüenza del gobierno, en todos sus niveles", expusieron en el documento compartido por el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM).
En Chihuahua, se indicó, hace más de 30 años se denuncia la violencia que viven en la entidad, mujeres y niñas a lo largo de todo el territorio, a pesar de las diferentes iniciativas el programa Spotlight, la Alerta de Género decretada en agosto de 2021, y la sentencia de Campo Algodonero de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
"La prevención, sanción, reparación y erradicación de violencia sigue siendo una de las principales tareas pendientes de los diferentes gobiernos", puntualizaron.
Destacaron que, como Marisela Escobedo, la mayoría de las madres de las víctimas de feminicidio y de las personas desaparecidas son las que arriesgan su vida para demandar verdad, justicia y reparación.
"Es por esto que también hoy recordamos la obligación de los gobiernos, en el ámbito de sus competencias, para garantizar los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes, lo que implica necesariamente destinar los recursos económicos suficientes para su atención".
"Estamos aquí para honrar la lucha de Marisela y la de todas la madres que en esta país buscan justicia", agregaron.
Las activistas demandaron al Gobierno la adopción de todas la medidas necesarias para erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes en México, tal como lo establecen los tratados internacionales de los que el País es parte, principalmente el tema de la asignación presupuestal suficiente.
También exigieron el cumplimiento puntual de la Alerta de Género, con participación de la sociedad civil.
"En general, demandamos el cumplimiento de las recomendaciones de organismos internacionales de protección de derechos humanos que nos presentan una ruta para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra niñas y mujeres en el Chihuahua y en México", enfatizaron.
"¡Porque justicia para Marisela Escobedo es justicia para todas y todos!".
La noche del 16 de diciembre de 2010, Escobedo, de 52 años se edad, llevaba más de una semana en un plantón frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua en demanda de justicia por el asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo.
Cerca de las 21:00 horas, un hombre bajó de un vehículo, se acercó a ella y le disparó frente a la puerta de la sede gubernamental, lo cual quedó videograbado.
"Marisela se convirtió en la principal investigadora de la desaparición de su hija Rubí Marisol Fraire Escobedo ocurrida en agosto de 2008. Gracias a las evidencias recabadas por ella, se pudo determinar que Rubí fue asesinada por su pareja, Sergio Rafael Barraza Bocanegra quien ya había huido de Chihuahua; Marisela logró ubicarlo y gracias a esto pudo ser detenido para enfrentar un juicio en el recién estrenado Nuevo Sistema de Justicia Penal", recordó el Centro de Derechos Humanos.
"Durante la declaración de Marisela en el juicio contra Sergio, explicó que estaba ahí porque quería que el feminicidio de su hija fuera el último en Chihuahua. El Tribunal absolvió y liberó al asesino confeso".
En segunda instancia, se logró una sentencia condenatoria, pero Barraza Bocanegra ya no estaba detenido, por lo que Escobedo comenzó una lucha para exigir la aprehensión del asesino de su hija.
"Recorrió el país, encabezó marchas, realizó múltiples protestas, se reunió con autoridades de diferentes niveles, encontró por su cuenta a Sergio en tres ocasiones y demandó su detención, confrontó al Gobernador (César Duarte), denunció la colusión entre autoridades y el narcotráfico, enfrentó amenazas de muerte de la familia del asesino, advirtió que sería asesinada si no hacían nada para protegerla y que su muerte sería la vergüenza del Gobierno", añadió el CEDEHM.